Pachuca.-Mientras que para algunos habitantes de la zona urbana de Tula de Allende, la inundación es motivo de curiosidad, para otros es una tragedia ya que lo perdieron prácticamente todo al quedar sus viviendas o negocios y hasta vehículos bajo el agua que causó el desbordamiento de los ríos Tula, Rosas y Salado.

De acuerdo con Alejandra Castro, vecina de la Unidad Habitacional Pemex, después de la media noche tras un fuerte aguacero salieron a la calle a tratar de ayudar a sus vecinos de la parte baja a salir de sus hogares que ya estaban inundados, perro al regresar a su casa casi al amanecer para poder descansar un poco notaron ni solamente que el agua había subido al menos medio metro, además de ver con sorpresa y coraje que habían saqueado su domicilio.

Esa historia como posiblemente varias miles más, se pudieron conocer en un recorrido de Síntesis por la zona afectada, donde personas con algún tipo de discapacidad esperaban a que bajara el nivel del agua para entrar a sus viviendas no a descansar como muchos de ellos lo deseaban sino para ver que podían rescatar y esperar la ayuda oficial para tratar de recuperarse.

La inundación no respetó clases sociales ni nada parecido ya que hubo de todo, desde las personas más humildes que buscaban rescatar su ropa y sus animales de traspatio, hasta lo que veían con desolación sus viviendas y vehículos bajo el agua con todas  posibilidades de que las perdidas fueran totales.

Sin embargo la solidaridad que aflora en estos casos no se hizo esperar debido a que muchas personas no afectadas apoyaban con comida y cobijas a las que dijeron haber perdido todo y que además de haber estado a la intemperie no habían comido nada ya que dijeron, la ayuda se dio principalmente en la zona centro donde se dice que ocurrió lo peor.