Rodrigo Peña Duarte

Con la llegada de un mes nuevo, vienen nuevas condiciones, nuevas oportunidades pero también nuevos problemas y desastres.

Se cumplió esta regla con la llegada de este mes, pues en Hidalgo fuimos víctimas de diversos sucesos, que en realidad no son ajenos a nosotros como personas, pues a lo largo de la historia humana hemos contribuido a que nuestro mundo se defienda frente al descuido y malos tratos de nosotros los humanos que, aclaro, no en todos los casos aplica de la misma forma, dado que existen muchas personas que cumplen con las normas para evitar el calentamiento global, la contaminación y demás problemas que derivan en el deterioro de nuestro mundo.

Ante lo anterior la tierra tiene mecanismos de defensa para evitar que esto suceda, tales como: sismos, huracanes, tormentas, terremotos, tsunamis entre otros, los cuales ayudan a un reacomodo de la tierra y al enfriamiento de los polos, así como a la limpieza de la contaminación en el planeta.

Recordemos los hechos en días pasados, tal fue el caso de desborde del río de Tula de Allende-Tepeji del Rio y municipios aledaños que fueron los más afectados por las inundaciones; Literalmente la Ciudad de los Atlantes quedó bajo el agua, ya que se desbordaron los ríos Tula y Rosas, hasta la madrugada del martes siete del mes en curso, pero ante esto las autoridades del gobierno de Hidalgo han enfrentado el problema para darle solución y ver cuáles serán los puntos a tratar para ayudar a las familias del estado.

Pero las malas noticias no pararon, pues ese mismo día por la tarde-noche, Pachuca, Mineral de la Reforma, Epazoyucan y algunos municipios más fueron sacudidos y el temor se vislumbró, pues fuimos testigos de un sismo de 7.1 en la escala de Richter a 11 km del suroeste de Acapulco Guerrero, esto bajo las cifras del Sismológico Nacional.

Pero la historia no culmina en este nuevo suceso, pues las constantes lluvias se hicieron presentes, esto después de transitar por el sismo ocurrido, ya que por más de cinco horas la lluvia no terminó de inundar lo que a su paso alcanzase.

Es evidente que el planeta se defiende de nosotros, de nuestro mal trato y nuestros excesos, sobre explotación de sus recursos y contaminación que por años y décadas hemos realizado, así es como nuestro mundo se defiende, enviando tormentas, huracanes, tornados, terremotos, temblores, tormentas, sismos entre otros desastres naturales como medida de aviso de que las cosas que estamos haciendo, las estamos haciendo mal, pues todo exceso genera problemas.

Los invito a hacer conciencia y tomar medidas para evitar que nuestro planeta se deteriore, a veces es necesario tomar transporte público y dejar el auto en casa, a veces es necesario separar la basura de acuerdo a su tipo, a veces es necesario apagar la luz si no se ocupa, de igual forma es necesario reciclar cosas que pueden tener un segundo o tercer uso, eduquemos a nuestras generaciones futuras y hagámonos una pregunta interna ¿Qué mundo les queremos heredar a nuestros hijos? Si la respuesta es en torno a un buen mundo, pues bien, comencemos a dejar todo en su lugar.

Me despido de ti, y espero que nos saludemos en la siguiente emisión de mi columna, te pido que me hables con completa franqueza a través de mis redes sociales, espero que te encuentres sano y salvo frente a todos estos acontecimientos que no dan tiempo de prepararnos para nada, estemos alerta y tomemos todas las medidas de seguridad ante un posible incidente, nuestra tierra reclama atención y la reclama AHORA.

¡HASTA LA PRÓXIMA!

FB: Rodrigo Peña Duarte.

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