“La ética es saber la diferencia entre lo que tienes derecho de hacer y lo que es correcto hacer”. Potter Stewart.

““Aquel que no usa su moralidad como si fuera su mejor ropaje, estaría mejor desnudo.” Khalil Gibran.

“La no violencia lleva a la ética más alta, que es la meta de toda evolución. Hasta que dejemos de perjudicar a todos los otros seres vivos, somos aún salvajes.” Thomas A. Edison

El término ética proviene de la palabra griega ethos, que originariamente significaba «morada», «lugar donde se vive» y que terminó por señalar el «carácter» o el «modo de ser» peculiar y adquirido de alguien; la costumbre (mos-moris: la moral). También conocida como filosofía moral es una rama de la filosofía que implica sistematizar, defender y recomendar conceptos de conducta correcta (1).

Los valores son las “cosas” que aprendemos de nuestros padres y también de nuestro entorno más cercano, en el que desarrollamos nuestra vida. Los valores son importantes porque valen y los son, debido a que significan el poder que motiva una acción decidida.
Estos valores, se resumen a la moral y la ética, pues están indisolublemente unidos.

No siempre resulta fácil cumplir valores como la verdad, la honestidad, el respeto, incluso el perdón, a pesar de que, su práctica, nos conlleva una ganancia, que es aquella que, nos deja la tranquilidad en nuestras conciencias.

La Ética Social, aplica para cumplir los principios y normas morales de la vida social, tanto institucional o no institucional. Se vincula a la ética individual, en razón de ser esta una responsabilidad de las personas para relacionarse o interactuar con las demás, dentro de un marco que guía la conducta de una persona.

Siendo la ética, en consecuencia, una guía que conduce nuestro actuar, nos causó especial sorpresa, el escandaloso proceso que inició la Fiscalía General de la República (F.G.R.) en contra de 31 científicos mexicanos, acusados de lo peor que puede existir en el catálogo de delitos en el código penal federal: peculado; uso ilícito de atribuciones y facultades; lavado de dinero y delincuencia organizada.

Sin duda son delitos muy graves, que conllevan a pensar que, si los científicos hicieron algo indebido, paguen por eso. De igual manera, si no cometieron los que les atribuye la F.G.R. sean dejados en plena libertad y se haga saber que son inocentes.

Tres ocasiones le informaron a la Fiscalía General, que sus denuncias no tienen asidero legal para iniciar el proceso que solicitan, en consecuencia, son libres y no culpables.
La reflexión para esta ocasión es, preguntarnos ¿qué motivo ha tenido la Fiscalía General para desarrollar tal actuación?

La razón original es la denuncia presentada en el año de 2019, por la directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, de quien se dice, dicho sea de paso, tiene fobias contra la comunidad científica, argumentando delitos de peculado y uso ilícito de atribuciones y facultades, mismos que la F.G.R. escaló a los niveles impensados, solicitando para los investigados fueran detenidos y colocados en la estancia de más alta seguridad en el altiplano de México, ubicado en Almoloya de Juárez, Estado de México. Solicitud de aprehensión, que le fue denegada por tres ocasiones.

Se dice, se comenta y se especula, que el pecado de este grupo de científicos ha sido ser críticos del desempeño de la presente administración y también quejarse de la disminución de presupuesto para desarrollar su trabajo. Que en relación con los presuntos delitos ellos ya han demostrado el correcto uso del presupuesto asignado.

El título de la presente colaboración, obedece a que me pregunto, si siendo el respeto, hablar con la verdad y conducirse con probidad de los valores éticos más notable en la administración pública, en verdad, ¿qué representa este grupo de investigadores que enfadó tanto a la Fiscalía General y a la directora del Conacyt?

Y, parte no menos importante, a nosotros como sociedad, nos alarma que cada día 10 mujeres son asesinadas y no hay detenidos; ¿3 secuestros por día y no hay culpables? Y sigue así la lista, como los homicidios dolosos, extorsión, robo con violencia, robo de vehículos, robo a casa habitación, robo a establecimientos comerciales, a transeúntes, robo en transporte público y etc.

A este momento, no existen indicios de los delitos señalados a los científicos mexicanos indiciados. Muy bien por ellos. Es de esperarse que, en el manejo del dinero público, sean éticos, por el beneficio social que ello representa, aunque sus salarios no correspondan con la carga académica y de responsabilidad que sus funciones significan. La gran mayoría de la investigación en México, se realiza en instituciones públicas y los salarios, sinceramente, son modestos.

Por cierto. Huyan de las personas que piensan que todo el mundo está mal, menos ellos (Erick Resinos, un poeta).

Reciba mi cordial saludo.

Galdino Rubio Bordes. spgrb19@gmail.com

FUENTES DE INFORMACIÓN.
1. https://gex.enterate.com.mx/2021/05/14/la-etica/