“Al conquistar nuestras libertades hemos conquistado una nueva arma; esa arma es el voto” Francisco Ignacio Madero González, (Francisco I. Madero).

“La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía” Emiliano Zapata.

“He logrado que los alumnos y los profesores estén contentos en Canutillo: a los chamacos, proporcionándoles todo lo necesario para que se instruyan; a los maestros, respetándolos como yo los respeto y pagándoles con puntualidad. Yo prefiero pagar primero a un maestro y después a un general” Francisco Villa, bautizado como Doroteo Arango Arámbula.

“Para servir a la patria nunca sobra el que llega ni hace falta el que se va”. “Se respetará escrupulosamente el espíritu liberal de la Constitución” Venustiano Carranza.

Los días 13, 14 y 15 del presente mes están dedicados a la celebración del “Buen Fin”. Esto significa que, se organiza por parte del sector empresarial del país, en todos sus niveles, una serie de atractivos de diferentes productos y servicios, a efectos de que las personas salgamos a realizar compras, necesarias o no, pero comprar, aprovechar “las buenas ofertas”.

El mismo gobierno facilita el evento, desde realizar adelanto de los aguinaldos, hasta unir los días sábado, domingo y lunes o en ocasiones viernes, próximos al día 20 de noviembre, para cumplir con el objetivo de las compras. Tres días dedicados al “buen fin”.

Es evidente que, a nuestro gobierno, le interesa la captación de los impuestos que genera el consumo, pues nuestro gobierno es algo así como el mar, que nunca se cansa de recibir agua, y el gobierno tampoco de recibir dinero.

El evento ha incrementado su relevancia desde su primera edición en el año 2011, efectuado del 18 al 21 de noviembre. Nació a iniciativa del Consejo Coordinador Empresarial, en asociación con el Gobierno Federal, organizaciones del sector privado e instituciones bancarias. Sin embargo, no existe un análisis formal que evalúe el efecto del Buen Fin sobre los precios y las políticas de fijación de precios de las empresas, principalmente debido a la falta de información relevante.

Es sabido que tiene como objetivo principal incentivar el consumo y satisfacer necesidades en los hogares mexicanos.

La reflexión para esta vez: Si me pregunta: ¿qué relación tiene todo este proceso con la celebración del inicio de la revolución mexicana el 20 de noviembre de 1910? Le diré que no lo sé y tampoco lo entiendo. Pues el día 20 de noviembre como festivo del aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, dejó de ser festivo y ahora es como en el juego de naipes: un simple comodín y todo sea por la compra-venta. En mi opinión, equivale a que el día de nuestro cumpleaños, lo atrasamos o adelantamos, según convenga al festejo y no en el día que corresponde.

Sin embargo, repasando la historia encontramos que, en el primer desfile del 20 de noviembre de 1928, se realizó una carrera de relevos. Al siguiente año hubo un desfile militar-deportivo en el Campo Militar en Balbuena. Para 1930, el desfile se realizó en las calles del centro histórico.

En el año de 1936, por decreto del Senado de la República, el festejo se hizo oficial, aunque no fue sino hasta el año de 1941 cuando el presidente de México, en ese entonces Gral. Manuel Ávila Camacho, por primera vez encabezó el desfile. Al día de hoy en el evento participan figuras destacadas dentro del deporte nacional, la Armada de México, fuerzas armadas y fuerzas policíacas. El mismo día se entrega el Premio Nacional del Deporte de manos del presidente.

La Revolución Mexicana, como todos los conflictos armados, son tristes, sangrientos y, lamentablemente, para ese tiempo fue necesario. En este conflicto, se mataron mexicanos contra mexicanos, algunos adultos y otros adolescentes, donde también participaron mujeres y dejó muchas viudas, huérfanos y lisiados.

Por esa razón, en su momento, el Gral. Ávila Camacho, estableció que la mejor forma de celebrar el inicio de ese movimiento bélico, era el fomento de la paz, la armonía, el respeto y la participación social, y una expresión adecuada de hacerlo, era el deporte. Como gobierno, el mejor sistema, lo es el Republicano, Democrático y Constitucional.

Los mártires de la Revolución Mexicana, más connotados: Francisco I. Madero; Pancho Villa; Emiliano Zapata; el hidalguense Felipe Ángeles Ramírez; Venustiano Carranza y cientos de miles de personas, otorgaron su vida para hacer valer los principios de la Revolución, como: sufragio efectivo no reelección, que fue la respuesta popular a 35 años de la dictadura del Gral. Porfirio Díaz; la tierra es para quien la trabaja, en respuesta al despojo de que fueron objetos los indígenas y propietarios originales de las mismas; no más hambre, miseria, enfermedad e ignorancia; las garantías individuales, expresadas ya en la Revolución Francesa, hoy Derechos Humanos, que ocupan los primeros 29 artículos de nuestra Constitución Política, como por ejemplo la prohibición de la esclavitud; educación laica gratuita y obligatoria; igualdad ante la ley de las mujeres y los hombres; libertad de elección sobre tu ocupación; nuestra invaluable libertad de escribir, publicar o expresar nuestras ideas; nuestra libertad de credos, que significa creer o no en una religión y muchos derechos y libertades más.

Celebrar un acontecimiento de tan grande importancia en nuestra historia nacional, merece llevar, por lo menos, una congruencia en nuestra vida cívica, entre el respeto a aquellos difuntos y nuestra conducta como ciudadanos mexicanos y hacer el mejor ejemplo con nuestras acciones, para honrarlos en la magnitud que merecen, enalteciendo con ello a nuestras leyes y no, el simple acto de organizar, durante tres días, la compra-venta de mercaderías y servicios.

Por cierto. La Constitución Política de México, se considera muy garantista. El problema histórico es de eficacia, y su solución, se considera, no es hacer más leyes, sino pensar qué hacemos para hacer cumplir las que ya tenemos.

Le envío, respetuosamente, mi cordial saludo.

Galdino Rubio Bordes

spgrb19@gmail.com