Matices y claroscuros
Salvador Franco Cravioto
El presente sólo se forma del pasado, y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa
Henri Bergson
Lo importante es crear libertad intelectual y capacidad de pensar. A esta libertad sólo se llega a través de la cultura y la intelectualidad. De nada sirve hablar si no se sabe qué se dice.
Emilio Lledó
La humanidad siempre ha sido una locura innata; esa locura no se crea ni se destruye. Sólo evoluciona. Son incomprensibles nuestros tiempos, pero no más ni menos que otros momentos cronológicos de la humanidad. Simplemente distintos.
Nuestros tiempos requieren de ciertos cambios que sean no solamente de forma, sino de fondo. Estamos llenos de distractores; de atomizadores de la atención y el enfoque. Carecemos en promedio de objetividad. Polarizamos o romantizamos en un sentido o en otro. Las extremas derechas e izquierdas están perdidas en el espacio y se debaten como en un juego de futbol en el que el arbitrio corresponde al poder económico global.
Lo único que nos hace iguales a los seres humanos es la dignidad, como también la igualdad de derechos y oportunidades en libertad de elegir nuestro camino vital. Pero en ningún caso podemos tener verdadera igualdad sin libertad. Buscar la igualdad sin defender la libertad es tan absurdo como craso error.
La evolución es un proceso lento y casi imperceptible para una sola generación de individuos, sean seres humanos o no. Para los biólogos evolución no siempre quiere decir mejora, pero siempre y en todo caso significa adaptación.
Necesitamos nuevas narrativas y discursos sociales que no victimicen, segmenten o clasifiquen, sino que integren e incluyan a todas las personas sin etiquetarlas o asignarles identidades innecesarias. Así podría llegar el día en que toda la humanidad se vea a sí misma como una gran familia en la que a los hijos de los demás se les vea como propios. Ver a los hijos de los otros como si fueran mis propios hijos. Con este principio de conciencia puesto en práctica quizás podrían empezar a mejorar un poco las cosas en la realidad.
En términos filosóficos los estereotipos son hasta cierto punto inevitables, esto en razón parcial a que a los seres humanos nos cuesta mucho mantener neutralidad y objetividad. Lo que vemos es que constantemente estamos reemplazando unos estereotipos por otros, considerándolos moralmente correctos y aceptables según la época, y usándolos para modificar o cambiar ciertos paradigmas o arquetipos. Cuando esto sucede normalmente lo único que hacemos es invertir o cambiar el estereotipo. Nada más.
Todos los gobiernos son de alguna forma el reflejo de su propia sociedad. Todos los gobiernos democráticos tienen aspectos positivos y negativos. Debemos ser objetivos en nuestros comentarios y análisis y no polarizar sino matizar. Las redes sociales se han vuelto espacios de libertad de expresión, pero donde poco se haya la mesura en cuestiones políticas, sociales y de todo tipo. Los comentarios políticos, por ejemplo, sean a favor o en contra de quien sea o del partido que sea, rara vez tienen que ver con el análisis serio y de fondo -científico y social de la realidad- y en cambio haters y toda clase de ciudadanos reflejan de inmediato y casi de manera instintiva sus fobias y filias personales. En la mass media, sucede casi lo mismo, con base en toda clase de intereses que hay detrás. Existen pocos opinólogos y analistas verdaderamente objetivos e independientes de intereses, tendencias e ideologías. Son pocos pero a esos son a los que hay que recurrir si se quiere saber.