Janeth Canales Zenil

Pachuca.- Acompañada de familia y amistades, María Guadalupe Tello Bocanegra inició los festejos de su cumpleaños número 102, convirtiéndose en la integrante más longeva del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo del Estado de Hidalgo (SUTSPEEH).

El 12 de diciembre de 1919, la “tía Lupita”, como la llaman sus seres queridos, nació en Peñamiller, estado de Querétaro; sin embargo desde muy pequeña llegó a Mineral del Chico, en Hidalgo, junto a sus padres y hermanos, lugar donde su familia se estableció y se dedicó a lavar ropa ajena para subsistir.

Años más tarde, los Tello Bocanegra se trasladaron a la capital hidalguense donde el padre y el tío de Lupita trabajaron en la mina de San Juan Pachuca, “la familia llegó a vivir en la calle de Magnolia, atrás del seguro social, en ese entonces no había nada, era lo último de la ciudad, ellos iban a comprar a la Surtidora”, contó Pablo Rodríguez Tello, sobrino de la sindicalizada.

Al crecer, Lupita empezó a trabajar en el Hospital Civil de Pachuca como afanadora, lo cual cambió con el paso de los años, pues aprendió técnicas y procedimientos de enfermería, logrando posicionarse como jefa de enfermeras, “conocí a la mayor Lupita hace tantos años, juntas atendimos urgencias, quirófanos, maternidad, distintas áreas; ella es una persona muy noble, todo el personal la querían a ella y a su hermana Paz, siempre fueron entregadas a lo que hacían”, narró Santa Romero.

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La también enfermera destacó, entre lágrimas, la fortuna que siente al acompañar a su antigua amiga en una fecha tan especial, “no tengo palabras para describir lo que siento, espero que Dios la bendiga, como hasta ahora, y que siga disfrutando su vida junto a nosotros”, expresó.

Tras más de 25 años de servicio, la tía Lupita se jubiló el 1 de octubre de 1974; sin embargo nunca ha dejado de velar por el bienestar de los demás, consideró su sobrino Pablo, “es un gran orgullo, ella siempre nos ha enseñado, es una extraordinaria persona que nos inculco valores y principios, nos contó sus vivencias y nos adoptó como sus hijos”, mencionó.

Actualmente, a María Guadalupe le encanta cocinar de una manera tradicional, asimismo, observa y escucha distintos programas en la televisión, y sobretodo, disfruta el tiempo que pasa con su hermana Paz y sus sobrinos, quienes consideraron que “la tía Lupita es un ejemplo de esfuerzo y amor, que ha llevado una vida ordenada, sin excesos y con mucha disciplina; un orgullo para la familia”.

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