El pasado jueves el presidente Andrés Manuel López Obrador reprochó que los medios de comunicación invadan su intimidad al momento de salir a caminar. Esto como parte de las recomendaciones hechas por su equipo médico para mantenerse en perfecto estado de salud.
El presidente López Obrador declaró:
“Ayer fui a caminar, porque me recomendaron los médicos, y ahí van a tomarme foto y llevan cámaras, toda una invasión a mi poca, escasa intimidad. Desde que empecé a ir, porque me recomendaron los médicos que camine 20, 30 minutos, que vaya yo fortaleciéndome, allá en el campo donde voy se subieron a un edificio, a un banco y desde allá me estaban tomando, y era con teléfono de estos convencionales. Pero ayer desde que salí, hago una hora a donde voy, voy y regreso, pero ya eran cámaras. Y hay que aguantar, hay que respetar, pero sí se pasan. Y si fuese un reportaje sobre la recuperación de salud o si están viendo cómo voy avanzando para salir adelante, no, es la imagen de que ya estoy arrastrando los pies, chocheando. Ya los médicos me dijeron que estoy al 100″.
De pronto surca los cielos un flash y ¡zas! se ha convertido en un paparazzi que justamente nadie esperaba, al menos no tan repentino, tan casual e inesperado. Más allá del instante en sí una fotografía narra un momento emblemático de nuestra época, lo que se transforma en un acontecimiento decisivo.
El contenido histórico que puede lograr una fotografía es increíble y revelador, por citar algunas imágenes únicas e increíbles que permean en los archivos fotográficos de los libros de historia nacional e internacional recuerdo aquel miliciano caído en la guerra civil española, que hizo famoso a Robert Capa, el célebre retrato del Che Guevara, el cadáver de Zapata retratada por Agustín Casasola, el policía que salta la alambrada de espino en agosto de 1961, mientras se está construyendo el muro de Berlín, o la niña vietnamita que corre sobre la carretera con la piel abrazada por el napalm: estas fotografías –verdaderos iconos del siglo pasado- narran historias de muerte y esperanza, de valor cívico, de infructuosidad, de arrogancia y de la lucha por la libertad, de hazañas individuales y de sucesos históricos.
Traen al recuerdo a personas y acontecimientos tanto: Mahatma Gandhi, como Hitler, Stalin o Mao Zedong y son un documento histórico de desastres que conmovieron al mundo: desde la explosión del zepelín Hindenburg o de la bomba atómica sobre Hiroshima hasta las luchas de la independencia y los golpes del destino de nuestros días.
Sin duda un registro que queda para la posteridad y que siempre puede ser consultado por futuras generaciones. El caso de tratar de buscar el mejor ángulo o paparazzi del presidente Andrés Manuel López Obrador no es único tal como lo da por demostrado la historia de la fotografía así como tampoco es exclusivo el malestar que produce el paparazzi en el momento menos adecuado.
Sin embargo tal como lo narra el fotógrafo Alberto Korda cuando fotografío al icónico Che Guevara. “Esta foto no fue planeada, fue puro azar” y así justamente por cuestiones del azar se puede lograr una imagen de López Obrador que llegue a ser la representación no solo de él mismo sino de toda una época que bien puede ser conocida en los vendavales de la historia nacional como: La cuarta transformación.
¿Tú lo crees?… Sí, sin duda.