A cinco meses de la inundación de Tula, personas damnificadas denunciaron que el gobierno municipal les entregó colchones reconstruidos, “con marcas de orina, sangre y hasta chinches”.

En la cancha de basquetbol de la colonia Denguí, la población reunió los colchones pues comenzaron a cuestionar la calidad de estos ya que tenían muelles vencidos y desprendían un mal olor.

Por ello, comenzaron a desprender el forro de los colchones con una navaja y descubrieron que eran artículos usados, que fueron cosidos con una tela encima para hacerlos pasar como nuevos.

“Estos es un foco de infección para todos, estos colchones tienen tres reconstrucciones, tienen manchas de orina y sangre, y hasta traen chinches y garrapatas. Fueron recuperados en un basurero y nos los dieron para decir que nos ayudaron”, acusaron.

Por lo anterior, el grupo de pobladores decidieron quemar alrededor de una decena de colchones a manera de protesta contra la administración de Manuel Hernández Badillo, a quien exigieron una explicación.

A través de la solicitud de información 13022590000822, el ayuntamiento de Tula dio a conocer que el precio de cada colchón osciló entre los 990 y los mil 740 pesos, los cuales fueron adquiridos con tres proveedores, 428 unidades se le compraron a la Comercializadora Nassim S.A de C.V., 200 a Erandeni León López y 135 a Expomuebles San Lorenzo.