El teatro es una forma de expresión del arte, al igual que la poesía enaltece la palabra dicha y escrita a través de versos y en prosa. Teatro y poesía están inmersas en la literatura, las otras artes son: arquitectura, pintura, música, escultura; danza y cine. Las siete artes tienen el cometido de informar, divertir, instruir, distraer y de crear conciencia.
El teatro, arte de la actuación surgió desde la antigua Grecia Clásica, su labor continuó durante el imperio romano, desde su creación en el transcurso de la humanidad expresa la situación o inquietud social para cultivar: amor, respeto, honestidad, tolerancia, justicia; sinceridad. Sin embargo, del mismo modo, por este medio se difunden antivalores, como lo son: injusticia, egoísmo, envidia, arrogancia, odio, irreverencia; deshonestidad y falsedades. Desde aquel tiempo, cómo ahora, el teatro desempeña un papel preponderante en la política y en la filosofía.
La política es uno de los temas elementales del teatro, porque es en donde se presentan diferentes escenarios, conocer la actuación de gobernantes en determinados contextos, saber de la reacción, lo mismo que estados anímicos del público y sobre todo distinguir las características éticas del político.
El teatro apoya a la difusión de temas importantes para la sociedad, despertar sentimientos, socializar pensamientos que contribuye en depositar el mensaje deseado por el emisor hacia los receptores de la información, de tal manera que, muchos políticos utilizan técnicas teatrales para transmitir el mensaje o bien para fortalecer atributos de su prestigio.
Para que mensaje tenga el impacto deseado, el político desempeña el rol de actor, por eso, en la emisión de sus proyectos, tiene que exagerar, realizar excesivos ademanes, emplea palabras con mucha exageración con la intención de llamar la atención y lograr que se fijen en él. El político crea su estilo de hablar para atraer seguidores, emplea palabras prometedoras, con ello logra conseguir lo que desea. Para ganar adeptos recurre la teatralidad.
El vocablo teatralidad abarca cualidades, estilo de actuar: forma de mirar, andar, hablar, tono de voz, forma de vestir y estilos de interacción. También influye su manera de ser con sus amigos, oponentes, jefes, subalternos y con sus iguales. En la forma de hablar siempre rayan en el engrandecimiento de lo que realizan, construye su escenario, para ello tiene que fingir lo que no sienten, pero convencen porque lo dicen con vehemencia, acentuada seguridad, con ímpetu para engañar a sus oyentes.
Asimismo, subestiman a los oponentes, desconoce la información que no se adecua a lo que él dice y hace. Ofende a los que no piensan como él, se enoja con quienes dudan de sus palabras, lanza agravios a sus opositores desde los diferentes podios en donde se presenta, sin distinciones por ser mujeres o personas más adultas que ellos. Sin embargo, enaltecen a sus súbditos.
El político se vuelve un actor, para llamar la atención exagera su papel de comediante, se siente mártir, inventa ataques permanentes de personajes opuestos a su proyecto de gobierno, a través de sus discursos divide a la población en buenos a los que le siguen en sus fantasías y malos los que son realistas. Niega toda información que no se adecua a lo que él dice y hace. De los acuerdos que establece su gobierno con sectores económicos y políticos, e ideológicos, les reitera que vela por los intereses de la sociedad. Siendo que sus actos son para beneficio del grupo al que pertenece y por el bien personal.
Este tipo de políticos han surgido en el transcurso de la historia de la humanidad, y en diferentes países, sus actos, hechos y dicho ha sido distinguido por el Ginebrino Louis Dumur, poeta, novelista dramaturgo y periodista francés. Las actuaciones del político se distinguen con la siguiente máxima: “La política es el arte de servirse de los demás haciéndoles que les sirve”. Es decir, sus acciones son falsas, prometiendo a sus seguidores, sin embargo, él se sirve de ellos para satisfacer su ego e interés personal.
Para obtener y conservar el poder político fingen, disimulan, aparentan sus acciones para conservar su poder, aunque para ello, engañan, mienten y se aplique lo señalado en la obra: El príncipe de la autoría Nicolás Maquiavelo: “El fin justifica los medios”. Sí el fin es lograr tener el poder, los medios con los que recurre no importa. Lo que sí interesa es la posesión del poder político y sea reverenciado.