“Les invito a participar en eso que me prohibieron hablar”. Con este tuit, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, sin mencionar logros del gobierno federal, invitó a los internautas a participar en la Consulta para decidir si el Presidente López Obrador es ratificado o no en su encargo.

De inmediato el PRD se quejó ante el INE, quienes ni tardos ni perezosos emplazaron a la servidora pública a bajar el tuit en un máximo de tres horas.

La prohibición, como lo entiende este ciudadano de a pie, es para evitar difundir los logros del Gobierno federal, como en este caso. La invitación a participar, sin la difusión prevista en la legislación vigente, no debería ser vetada.

Recordemos que el mismo INE tiene la obligación de dar a conocer el ejercicio democrático e histórico que se llevará a cabo el próximo 10 de abril. Si revisan la página del Instituto, aparece la definición de la consulta que se realizará.

De igual forma, aparecen las convocatorias a ser observador electoral, para los residentes en el extranjero y otras. Pero, dígame usted cuántos promocionales para participar en la Consulta ha visto en televisión o escuchado en la radio. En lo personal me he percatado de muy pocos.

Es evidente el enfrentamiento que tiene el Consejero Presidente Lorenzo Córdova y el Consejero Ciro Murayama con Andrés Manuel y el gobierno que encabeza. El evidente fracaso de Lorenzo ante el Congreso para pedir mayor presupuesto para este año es muy notorio. ¿El desquite? Instalar menos casillas, cambiarlas de ubicación y otras artimañas, a fin de obstaculizar el ejercicio democrático.

Ante la veda – y la mordaza, digo yo – el Presidente ha sido cauteloso en sus conferencias matutinas. El INE anda con la espada desenvainada y con la lupa bien puesta para amonestar, sancionar y limitar al que se atreva a violar la prohibición.

Y mientras todo eso (y más) pasa, la oposición se “da vuelo” con las “fake news” o noticias falsas para desacreditar las acciones del gobierno de la Cuarta Transformación. Ahí el INE “ni los oye ni los ve”, como diría Carlos Salinas de Gortari.

Que si el hijo de AMLO tiene una casa de lujo en Estados Unidos, que si ya se rebasó el presupuesto de la refinería de Dos Bocas, que si hay muchas observaciones de la Auditoría en el aeropuerto Felipe Ángeles. Ahí, el mandatario no se puede defender porque el INE de inmediato lo reconviene.

Así las cosas, los que hacen su trabajo deben callar y los que no construyen ni gobiernan tienen todo el derecho de difamar, acusar y acosar a quienes Lorenzo y Ciro los tienen con la mordaza en la boca.

A diario se leen las “investigaciones” de Carlos Loret de Mola, secundadas “sincronizadamente” por Carmen Aristegui, y los medios nacionales que publican medias verdades y mentiras disfrazadas de verdad. Latinus y su oscuro origen y financiamiento se unen a la comparsa “periodística”.

El que se vio muy centrado en su investigación hace unos días fue Joaquín López Dóriga al dar a conocer que Pedro Miguel (@Navegaciones en Twitter) habría viajado a Rusia a fin de intercambiar el avión presidencial por helicópteros. Digo, ¡tantita vergüenza y sensatez!
Insisto, ojalá el INE se preocupara tanto por poner la mordaza como evitar los ataques a quien no lo dejan defenderse. Los ciudadanos informados cumpliremos con nuestra parte de la historia.
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