Por: Christian Falcón Olguín

 

El diplomático, escritor y filósofo renacentista Nicolás Maquiavelo (1469-1527), nacido en Florencia, Italia, es considerado el padre de la Ciencia Política Moderna, ya que sus tratados y ensayos introdujeron al estudio de una ciencia basada en la experiencia, comportamiento y aplicación del poder en la sociedad.
Se le considera un personaje de culto político a partir de “El Príncipe”, obra literaria póstuma que se publicó en 1531, a partir de sus correspondencias y escritos, en este tratado desarrolla una serie de conceptos, recomendaciones y normas a seguir para alcanzar, emplear y conservar el poder, de modo que invita a razonar sobre los procedimientos políticos, sociales y el arte bélico de líderes de la antigüedad como Alejandro Magno y los macedonios, Ciro II el Grande y los persas, Moisés y el pueblo hebreo, así como personajes contemporáneos al periodo renacentista como Lorenzo de Medici, Francisco Sforza, y los reyes Luis XII de Francia o Fernando II de Aragón, entre otros.
La obra aborda ampliamente al Cardenal Cesar Borgia, quien, desde su desempeño como comandante de los ejércitos papales de la curia romana, utilizó las estrategias convenientes para mantener las alianzas, guerras y conquistas de los estados pontificios, velando por los intereses representados desde el Vaticano o el Castillo del Ángel de su padre Rodrigo Borgia, controvertido Papa de origen español, quien llevó como sumo pontífice el nombre de: “Alejandro VI”.
Cabe destacar que de esta obra literaria surgieron distintos preceptos para quienes se desempeñan en el medio de la política, entre los que destaco: “Más vale hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse”, “Más vale ser temido, que ser amado” o “El fin justifica los medios”, esta última se convertiría en la más célebre frase que define una interpretación de maquiavelismo inmoral político, sin embargo, no se encuentra plasmada en su libro de manera textual.
Pero Maquiavelo no quedaría ahí, anteriormente en 1518, con su novela “La Mandrágora” define a manera de sátira la interpretación del engaño, manipulación y persuasión como mecanismos de la estrategia política, narrando la forma en que el protagonista Calimaco pretende enamorar a la doncella Lucrezia, construyendo un escenario óptimo de brebajes y arreglos.
Finalmente, en 1520 el florentino escribió su tratado militar, denominado: “El Arte de la Guerra”, obra en la que justifica la conformación de un Ejército que mantenga la paz, orden y prestigio de un Estado o nación; destacando que, la integración de una estructura militar popular logrará posicionar y fortalecer al príncipe con sus intereses de poder, inclusive, plantea la manera de enaltecer la identidad en cada miembro marcial, un sentido de pertenencia que le permite alcanzar una posición social complementaria a su oficio cotidiano, ya sea en la ciudad o en el ámbito rural.
El pasado 03 de abril, el Instituto Electoral del Estado de Hidalgo dio el banderazo de salida de las campañas políticas para renovar la titularidad del Ejecutivo Estatal, otorgando el periodo constitucional a todas las candidaturas registradas, permitiendo así, una búsqueda por alcanzar la confianza del voto ciudadano en las urnas el próximo domingo 05 de junio, motivo por el cual ha comenzado el bombardeo mediático de propuestas y propaganda, de mítines multitudinarios donde se manifiestan las soluciones a las principales problemáticas sociales en la entidad, sin dejar guardadas las denostaciones desde la retórica; se dejarán claras en las campañas durante esta etapa las recomendaciones plasmadas en “El Príncipe” llevando a cabo el ejercicio de todo tipo de alianzas, negociaciones y acciones para alcanzar o mantener el poder político en esta batalla electoral.
Las campañas han iniciado, desde los discursos se muestran elementos de persuasión “Mandragoriana” para confundir y adormecer la conciencia de los electores, inclusive, se pretenderá manipular la razón a través de mensajes tendenciosos, encuestas y engaños que influyan la percepción individual o colectiva ciudadana.
Asimismo, se hará presente el “El Arte de la Guerra” a partir de las estrategias y participación de cada uno de los ejércitos partidistas de promoción del voto en todos los rincones del estado, dejando patente que las estructuras convencen y mueven intenciones del sufragio efectivo.
Es por ello, que todo ciudadano debe de exigir desde su posición como la figura principal del proceso electoral que, las campañas políticas le muestren respeto al elector, hacer que la voz crítica también sea escuchada en los foros y espacios, ya que ahí radica la difusión de las problemáticas reales que desechan la saturación de propaganda política y demagogia. Igualmente, es imprescindible escuchar proyectos claros, confiables y viables de todos quienes aspiran desde la gubernatura dar beneficio a los hidalguenses. Se debe mostrar la personalidad de quienes ostentan las candidaturas y propiamente, desde sus propuestas el ¿Cuándo? ¿Cuánto tiempo? ¿Cómo? ¿Cuánto Costará? y ¿Para qué? Cuestionamientos básicos, que permitirán ir definiendo un criterio avanzado a lo largo de las próximas semanas, sumado con el encuentro de la retroalimentación madura de opinión con familiares y amigos, sin apasionamientos y sesgos, considerando en todo momento la búsqueda responsable para ejercer el derecho inalienable que todo hidalguense posee para constituir el gobierno que se merece.