Cada 30 de abril se celebra el Día del Niño pudiéndose mirar a los pequeños sonrientes y felices, así como también a los papás emocionados festejando a sus infantes orgullosos de ellos fijando sus ideales en un futuro próximo que llegará y en donde los padres, mirarán con gusto en lo que se convertirán sus hijos.
También los protagonistas de la historia han tenido descendencia, por ejemplo, Benito Juárez quizá esperaba, como el grosso, que su hijo se convirtiera en un heredero liberal que siguiera sus pasos y sin embargo qué sucedió. Bueno, Esther Acevedo en su libro “Por ser hijo del Benemérito: una historia fragmentada”, esclarece este tema interesantísimo.
El único hijo sobreviviente del matrimonio formado por el presidente Benito Juárez García y Margarita Maza fue «un júnior, como los que podemos ver ahora, sin oficio ni beneficio más que usar el nombre del padre, pues no le salió nada en la vida, ni los negocios ni tuvo familia. No fue un buen gobernador de Oaxaca y quedó totalmente endeudado. Era un hombre que vivía de las apariencias», afirma la investigadora Esther Acevedo.
De niño, Benito Juárez Maza conoció a Porfirio Díaz, como amigo de su padre y después como su enemigo: «Ciertamente Díaz dice ¿qué hago con un Benito Juárez Maza?, que se vaya. Así que se fue de diplomático unos años, primero a Italia, luego a París, Alemania, Washington y de regreso a París, que le fascina». Sin embargo, de acuerdo con cartas encontradas en el archivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Juárez Maza “no tiene lo que se necesita para ser un diplomático, lo que llaman conveniencias”.
Es decir, no tiene los convencimientos de que Díaz es un buen presidente. Entonces, Juárez Maza no puede ser representante diplomático si está en contra del régimen por debajo del agua. Además, era un poco colérico; en cuanto alguien hablaba mal de su padre, lo retaba a duelo. Tiene duelos con muchos franceses. Finalmente, se casa con una francesa y regresan a vivir a México.
Aunque era masón, no era la masonería de su padre. Al respecto, Acevedo anota: la masonería en México no ha podido ser realmente estudiada, porque los archivos no los prestan y tampoco sabemos si existen.
El estudio del archivo de Juárez Maza arroja que cada vez utiliza menos su apellido materno y que se hace de cierto poder al reunir una serie de pequeñas logias en la ciudad de México. Luego creó una agencia en la que hace negocios con más o menos el siguiente esquema: El pide a Díaz un favor, que le done 30 hectáreas de tierra en Guerrero; entonces consigue un socio con dinero, con quien pone un negocio. Luego consigue comprar, por ejemplo, caballos que vende al Ejército Mexicano. Son negocios en los que nada más pone su nombre e influencia.
Por ser hijo… es un libro con muchas fotografías. De las cerca de 250 imágenes del archivo, Acevedo utilizó 115, muchas inéditas. El texto se entreteje entre documento y fotografía. Podríamos definirlo como un libro de historia cultural, más que de historia, porque se basa en la fotografía como material de ayuda para que los documentos escritos tomen más peso. También es una historia fragmentada, porque la investigadora de la DEH –especializada en historia del arte del siglo XIX mexicano– no cree en la necesidad de tener todos los datos para hacer un perfil biográfico.
¿Alguien más ha estudiado a los hijos de otros ex presidentes? Sería bueno ver qué han hecho los niños Salinas, los jóvenes Zedillo, los Fox, López Portillo, Echeverría, Díaz Ordaz… creo que lo mismo: valerse del nombre del padre y conseguir negocios.
¿Tú lo crees?… Sí yo también.