“No hay nada más despreciable, que el respeto basado en el miedo”. Albert Camus.
“El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan”. Karl Marx.
“Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”. Jean Jacques Rousseau.

Durante el desarrollo de la humanidad, se han establecido algunas referencias de diferentes tipos o más bien hechas de acuerdo al sector o grupo en que serán aplicadas. Así, por ejemplo, existen las reglas sociales, las empresariales, las económicas, por mencionar algunas.
En lo que es las reglas sociales, se identifican también como valores morales, dado que son un conjunto de normas, mismas que pueden ser colectivas o personales y que distinguen a una comunidad humana y de hecho a las personas que la integran. Su estructura está definida por lo que se ha considerado como “bueno” y como “malo”, de acuerdo a sus tradiciones o aspectos culturales de cada región, ciudad o país.
En su diseño, se incluyen aspectos sociales, como el comportamiento público o conducta de las personas; religiosos, como la creencia en un Dios, incluso espirituales, como la armonía, la paz, la caridad.
Para que estos valores se cumplan, requiere de un requisito fundamental, y lo es que, el individuo, lo elija. Los valores son una elección y en secuencia, su aplicación. Esta preferencia se propicia por la educación y las enseñanzas que se reciben desde nuestra niñez, nuestra infancia y nuestra juventud, que en su mayoría vivimos en nuestros hogares. De ahí la expresión popular de que, la educación se provee en el seno familiar. También coloquial, la expresión, que algunas personas adultas llegan a manifestar ¿Qué, acaso en tu casa no te enseñaron a respetar?
Cada uno de nosotros, llegado el momento en nuestra vida, escogemos lo que serán las normas sociales de nuestra vida, pues se tienen elementos religiosos, éticos y sociales, que han conformado nuestro entorno y que después somos nosotros los directamente responsables de construir el nuestro.
En este sentido, la moral se reconoce y acepta, en general, como concepto de construcción histórica de las buenas costumbres, que se determina por la opinión pública y el modelo social imperante. Los valores morales, no conservan la característica de ser uniformes, tampoco universales, no ejercen una función coercitiva, y lo más delicado pudiera ser que, al incumplirlos o refutarlos, se pueda dar un rechazo social.
Es un hecho, que el medio en el cual nos desarrollamos, tiene una alta influencia en nuestro proceder, si nuestros valores no están correctamente anclados en nuestra conciencia.
Con regularidad, escuchamos en nuestras conversaciones cotidianas, en particular entre personas adultas que, ya no hay valores, que ya se acabaron, que somos una sociedad desvalorizada.
En verdad los valores no se han acabado, ahí están muy presentes. Lo que no existe, es la voluntad de abrazarlos, de hacerlos parte de nuestra vida. No han finalizado su presencia, simplemente, ser un ciudadano con valores y demostrarlo en nuestra vida diaria, demanda esfuerzo, convicción, y estar preparados para hacerlos valer.
No obstante, nuestra vida cotidiana nos demuestra, una realidad indeseable. Por ejemplo, nos enteramos de personas que tienen sus mascotas, y las maltratan. Por el contrario, hay quienes adoran a sus mascotitas, y las llevan a pasear, pero no levantan las excretas de sus animalitos, las dejan ahí en plena vía pública. Algunos, un poco más educados, las levantan y colocan en una bolsita y esta va a parar junto a la patita de una planta, de un arbolito o entre las ramas de algunos arbustos, ahí, escondiditas, donde no se vean, aunque su hedor en estos días los delate.
Si este ejemplo es molesto, me disculpo, pero es una rotunda realidad que expresa que el respeto al medio ambiente, no existe en una inmensa cantidad de personas.
Seguramente camina en las banquetas y con un poco de atención, observará la gran cantidad de envases para bebidas, envolturas de alimentos identificados como “comida chatarra”, es decir, con poco contenido de nutrientes esenciales para el organismo y alto contenido de grasas, azúcar y sal, cuyo exceso es dañino para la salud.
Hoy que estamos en pandemia, es común ver en el piso los cubrebocas que se han desechado, así como las hojas de los tamales; servilletas; bolsas de polietileno; pañuelos desechables; botellas de cerveza o licor; desperdicios de comida que, en la sana intención de alimentar a algún animalito callejero, se abandona en la banqueta; vasos de cartón utilizados para el café; y mucho de lo que se pueda imaginar. Simplemente, al parecer, el respeto por la ecología y medio ambiente, es mucho problema practicarlo. Entonces sigamos diseñando un entorno de basura, malos olores, que, finalmente esa será una de las causas de nuestra autodestrucción, pues, la impureza del aire nos trae serias consecuencias a nuestra salud.
Le invito una reflexión: Por un momento imagine, que una mascota o animalito callejero, hace sus necesidades fisiológicas en la calle, orina y excreta. Esto último se identifica como fecalismo al aire libre. Muchos de esos animalitos, en particular los perros y gatos, tienen parásitos, como los nemátodos vulgarmente conocidos como lombrices, uncinarias, solitarias, giardias lambias, por mencionar algunos y que además pueden vivir en el ser humano. Con estos días de sol, los desechos se deshidratan, se secan, entonces llega el aire y levanta ese polvo en el que están los quistes y huevecillos de los parásitos y bacterias a los que, el aire se los lleva de viaje. Pero el aire entra por las ventanas de su casa, así que, si por infortunio se encuentra tomando sus alimentos, ya sabrá el “regalito” que le llega por aire.
El respeto es sin duda alguna, el primero de los valores que debemos practicar. Pues si perdemos el respeto, ¿Qué más podemos perder?
Por cierto. Sobre el respeto a la vida. Cualquiera que sea el origen la causa o la justificación, en nuestro país, cada 15 minutos es asesinada una persona. 100 por día en cifras redondas.
Le invito a que elija el valor del respeto, y si le es posible adjunte el valor de la tolerancia y los lleve en su conciencia y convicción, no como una moda, más bien como una forma diaria de vivir.
Le envío mi cordial saludo.
Galdino Rubio Bordes spgrb19@gmail.com

Fuentes de información.
– https://concepto.de/valores-morales/
– https://www.significados.com/frases-respeto/