Por Carlos Muñoz Moreno
Por primera vez en la historia de la Sección XV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, este organismo sindical vivirá unas elecciones libres, fuera del control corporativista que devino a su vez de los grandes sindicatos que, al mismo tiempo, fueron pilares del Partido Revolucionario Institucional por décadas, como el de los petroleros, la CNC, la CTM, o el de los trabajadores del estado.
Sabido es que las disputas internas, el intento de Elba Esther Gordillo por retomar el control del sindicato, el histórico enfrentamiento con la CNTE y el surgimiento de nuevas organizaciones sindicales, pequeñas, pero más modernas, ha impulsado, quizás más a fuerza que de ganas, una modernización que permitirá a las maestras y los maestros de Hidalgo votar directamente, sin representantes, sin delegados, al nuevo Secretario General de su sección.
Y quizás esta bocanada de oxígeno puro permita que la democracia interna crezca, que los contendientes prometan objetivos alcanzables, se comprometan con sus agremiados y cumplan sus compromisos. Por lo pronto vemos cuatro planillas en disputa, con una, la Naranja impulsada desde el oficialismo del Secretario saliente, y otras tres, la Blanca, la Azul y la Rojinegra de la CNTE, representando la pluralidad de un gremio disímbolo, plural, que va de lo rural a lo urbano, de las actividades administrativas a las de la enseñanza, de los jóvenes veinteañeros a los muy experimentados maestros de 60 años o más.
Y en este mosaico, donde ya no hay forma de obligar a los mentores a votar por alguien en específico, porque la alternancia, la pluralidad y la democracia son el día a día en Hidalgo y en México, parece ser que los maestros y maestras darán la espalda a la corriente oficialista, evaluando de manera negativa al Secretario saliente y dándole oportunidad también, a su propia alternancia en una jornada que, hoy viernes 15 de julio, muy seguramente se pintará de blanco, dará un paso adelante en las libertades sindicales y consolidará la cada vez más cotidiana y común –qué bueno por eso— democracia de la vida política, laboral y social de los hidalguenses.
Un abrazo a la cuatitud.
¡Nos vemos la próxima semana!