Patología es un área de la ciencia médica, orientada al estudio de la enfermedad de un organismo. Sin embargo, el término ha sido usado en la sociología, que es la ciencia que estudia la sociedad, debido a que en el seno de este conglomerado social también surgen anomalías graves que, no armonizan con las medidas que marca las reglas para convivir en el bien común, en sana paz y tranquilidad.
Uno de estos trastornos sociales es la corrupción, palabra que deriva de la acción de corromper, que a su vez significa: “alterar y trastornar la forma de vida social” y también perturba la vida individual. De igual manera altera el modo de organización administrativa, al aplicar desvíos económicos en la ejecución de obras públicas se adulteran cantidades destinadas a dar servicio a la población. Esta alteración de costos propicia sobornos y abuso de confianza que se le tiene al responsable de obras públicas municipales, estatales y nacional.
Todos los vicios que ocasiona la corrupción, redundan en el organismo social, y repercuten porque no ha sido un suceso pasajero, sino que las prácticas de corrupción han fijado sus bases, al grado que se ha vuelto un vicio realizar trabajos de mediana calidad en obras públicas, con tal de cumplir en la entrega de dichos trabajos, aunque sean poca durabilidad o de mala calidad.
La sociedad mexicana padece de la corrupción, esta enfermedad social trastorna la prosperidad, porque rompe el equilibrio para su buen desenvolvimiento. Por eso, filósofos, hombres de ciencias y artistas han distinguido lo nocivo de la manía de respaldar la corrupción. Entre esta pléyade de virtuosos en el arte destaca por su dinamismo del músico Bono, designado “Hombre de paz” a partir 2008.
En palabras del cantante, a su vez activista en combatir la pobreza en ciertos países de África: “La peor enfermedad en el mundo hoy es la corrupción. Y hay una cura: la transparencia”.
La corrupción es un agregado de síntomas que dejan ver una enfermedad que sufre la sociedad, en este caso la colectividad hidalguense. Cómo suele pasar en todo mal, la corrupción tiene su antídoto, entre estos antitóxicos están los valores éticos: honestidad, en el manejo de los recursos económicos, transparencia en la licitación de obras por realizar, vergüenza ante cohechos, y el uso indebido del poder para tolerar estas maldades.
Referente a los actos de corrupción en México, se ha dicho por mucho tiempo que se van a combatir desde el pináculo del poder político, aún hoy se habla de corregir ese absceso que envilece al hombre y perjudica a la sociedad. Sin embargo, sigue viciando a las nuevas generaciones y las autoridades han hecho muy poco en evitarla. México se ubica el lugar 124 de los 188 países evaluados. Los mexicanos estamos a la par con Gabón, Níger y Nueva Guinea. Los países que predomina la honestidad son: Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega, Singapur y Suecia..
El licenciado en Derecho Julio Ramón Menchaca Salazar en campaña propuso tipificar la corrupción como delito grave”. Así lo destaca en el debate dado a conocer por Verónica Ángeles, corresponsal del Sol de Hidalgo. Menchaca propone tipificar como grave delito de corrupción, publicado por el Sol de Hidalgo, jueves 21 de abril de 2022: “que una de sus primeras acciones de gobierno, en caso de llegar a la gubernatura, será modificar el sistema Estatal Anticorrupción, debido a que ha demostrado que no funciona”. Al no actuar indica que no hubo ninguna falta de corrupción o de plano, hubo pleno contubernio.
A su vez, el diario News Hidalgo. La verdad a la luz, en la redacción de este periódico, fechado 25 de mayo de 2022, destacó las palabras del entonces candidato a gobernador Julio Menchaca, frases vertidas en el Foro Anticorrupción que se desarrolló en la capital de estado, tribuna compartida con Santiago Nieto Castillo, extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) , Areli Estela Feria Valencia, Luis Fernando Ortiz, Julio Bonilla Gutiérrez y Eduardo Bohórquez López.
El ya electo gobernador de Hidalgo expresó en forma tajante: “… la corrupción es un cáncer que ha lacerado durante mucho tiempo a la sociedad mexicana, pero particularmente a Hidalgo, donde funcionarios públicos se vuelven ricos mientras el 60 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza”. Y sentenció: Pero esto está a punto de cambiar, porque estamos abrazando la esperanza, y estamos decididos y comprometido a hacer las cosas diferentes”.
En efecto, quienes se aprovechan de sus puestos se benefician por cuenta propia en el uso del dinero, en tanto los que han padecido la desgracia por décadas, o siglos, están más pobres. Todo porque ha prevalecido la impunidad, ausencia de rendición de cuentas, honestidad, en determinados servidores públicos, y quienes han incumplido en la aplicación de las leyes. En esto tiene la razón la guatemalteca Rigoberta Menchu: Cuando no existen instituciones fuertes que ejerzan vigilancia, la impunidad se convierte la base sobre la que crecen los sistemas de corrupción: Y sí la impunidad no es demolida, todos los esfuerzos para acabar con la corrupción son en vano”. Acabar con la corrupción debe ser el reto del ya gobernador hidalguense, con el apoyo de sus titulares en las diversas Secretarías y de sus Directores de áreas.
Signos de nuestro tiempo
Hidalguenses en la expectativa en el combate a la corrupción