Con el lema “Da un paso al frente por la lactancia materna: Educar y apoyar”, del 1 al 7 de agosto la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH) se suma a dicha conmemoración, centrándose en fortalecer la capacidad de proporcionar y mantener entornos favorables a la lactancia materna dentro de las familias, posterior a la pandemia por Covid-19.

La lactancia materna es clave para las estrategias de desarrollo sostenible, ya que mejora la nutrición, garantiza la seguridad alimentaria y reduce las desigualdades.

La SSH capacita al personal de salud para que de manera continua brinde una efectiva orientación y consejería durante la etapa prenatal, la atención obstétrica y el periodo postnatal a la mujer embarazada, madre puérpera y sus familias; a fin de que, sobre todo, las madres primerizas estén capacitadas y concientizadas sobre los beneficios de la leche materna.

Aunque tradicionalmente se ha considerado que el proceso de amamantamiento se da de manera natural en las madres, cuando las familias y la sociedad las apoyan, las tasas de lactancia materna aumentan. Amamantar a un bebé es un trabajo en equipo, capacitar en su práctica a mujeres y hombres por igual, permite alargar su duración.

Para lograr una lactancia materna óptima, debemos atender las necesidades de la mujer y su bebé, así como de sus sistemas de apoyo a través de la atención continua durante los primeros mil días, es decir, desde el embarazo hasta el segundo cumpleaños.

Con el propósito de fomentar y apoyar esta práctica, como un derecho de las mujeres y las/los menores de dos años de edad, el Gobierno de Hidalgo, habilitó cinco lactarios (salas) en los hospitales de Pachuca, Tulancingo, Tula, Apan y Huejutla pertenecientes a la SSH.

Con ello, se apoya a las mujeres, para que, en un ambiente especialmente acondicionado, digno e higiénico, mientras trascurre su período de lactancia, usuarias (internas y externas), puedan:

Iniciar y establecer la producción de leche; llevar a cabo la extracción de leche cuando sea el caso de una separación forzosa de madre y bebé, ya sea por la incorporación al trabajo o para ayudar a drenar el pecho en caso de obstrucción (mastitis).

O en su caso, realizar el ingreso hospitalario de cualquiera de los dos, en estos casos se practicará la lactancia directa siempre que madre e hijo estén juntos.

Datos de la Dirección de Epidemiología indican que en Hidalgo la lactancia materna exclusiva a los seis meses, en el año 2018 era de más de 45 mil casos; mientras que en el año 2021, aumento a casi 59 mil. Los datos registrados durante lo que va de este año señalan casi 26 mil.

En tanto que, la lactancia materna en el rango de seis meses a tres años de edad, en el año 2018 se contabilizaron 147 mil registros, en el año 2021, 192 mil y este año, se tiene un dato preliminar de casi 96 mil.

Respecto al porcentaje de lactancia materna exclusiva en los recién nacidos, los datos muestran que, en el año 2020, se tuvo un porcentaje de 23.5. En el año 2021, aumentó al 91.6 por ciento; los datos recabados de este año, arroja un 86.2 por ciento.

La OMS recomienda iniciar el amamantamiento durante la primera hora de vida; practicar el amamantamiento exclusivo, esto es, proporcionar al lactante únicamente leche materna, sin otros alimentos o bebidas, ni siquiera agua.

La lecha materna tiene las cantidades adecuadas de carbohidratos, proteínas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas, como por ejemplo, el DHA y Omega 3 (ácidos grasos esenciales) que son necesarios para el desarrollo del cerebro. Les aporta vitaminas (A, D, E y K) y minerales (calcio y zinc), vitales durante sus primeros meses de vida para un adecuado crecimiento.

La leche materna también protege al bebé de enfermedades infecciosas y crónicas, reduce la mortalidad infantil por enfermedades de la infancia, como la diarrea o la neumonía; así como enfermedades de la piel, problemas de sibilancias, enfermedades respiratorias, como la neumonía y la bronquiolitis.

Por 31 años consecutivos, México se ha unido a la celebración de la Semana Mundial de Lactancia Materna convocada por la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA), entidad que trabaja conjuntamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo Internacional de Emergencias de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).