Por Lorena Patchen
¿Cuántas veces te has arrepentido de no expresar claramente lo que piensas, lo que sientes o lo que necesitas? ¿Has quedado en conflicto contigo por no evitar un conflicto con otra persona?
Yo si lo he vivido y conozco a muchas personas que también han tenido que cargar con las consecuencias de no conducirse con asertividad.
¿Sabes que es la asertividad? Es la capacidad de manifestar tu opinión, tus desacuerdos o lo que deseas con claridad sin sentirte culpable o avergonzado por hacerlo, no es ser agresivo y utilizar formas inadecuadas de dirigirte hacia los demás, tampoco es mantener una actitud pasiva y aceptar lo que sea con tal de no incomodar y acabar enojado, frustrado o triste por callar lo que es importante para ti.
No decir lo que deseas decir o preguntar o incluso defenderte expresándote no solo no es sano, sino que pone en riesgo temas indispensables como tu salud, tu estabilidad emocional e incluso cuidar tu economía, tu trabajo, tus relaciones y claro, la relación que tienes contigo.
La ausencia de asertividad puede ser la muestra de tu autoestima, de lo que piensas de ti y de lo poco que validas tus emociones y tus necesidades, al no reconocer lo que mereces e igualmente puede ser reflejo de la “indefensión aprendida” (saber que si te expresas tendrás como respuesta las conductas violentas de la persona con la que pretendes solucionar un tema, esto generalmente ocurre cuando te han ido condicionando a través de la ley del hielo, el abuso verbal o incluso físico, y ante la amenaza de perder esa relación, y si tienes miedo al abandono todo se reúne para que prefieras no defenderte aún sufriendo por no hacerlo, sabes o crees que sufrirás más al hacerlo, y es cierto, pero eso no disminuye tu sufrimiento solo lo silencia), cuando se ha sido condicionado así no es un problema de autoestima, hay quien conoce su valor y aún con autoestima el abuso psicopatico (que también termina erosionando la autoestima) ha invalidado toda oportunidad de comportarse asertivamente, y en este caso es necesario recurrir a un especialista que tenga conocimiento del tema para que te acompañe a descubrir cómo superar el daño que un trato tan violento ha generado en ti.
A pesar de lo que hayas vivido, de estar en uno o en otro caso si es posible aprender a ser asertivo y poner fin al dolor que ocasiona no atreverse a decir con firmeza lo que tengas que decir para seguir manteniendo el autorrespeto y la confianza básica de que tus argumentos y tus emociones también son importantes.
La frustración de no haber dicho, preguntado o exigido lo que necesitabas o sigues necesitando tarde o temprano se convierte en tristeza, decepción, desolación y puede llevar a la ansiedad y la depresión, así de indispensable es la asertividad.
En ocasiones podemos ceder, ser flexibles, dejar pasar situaciones que son irrelevantes pero en otras está de por medio tu bienestar y este no debería ponerse en juego bajo ninguna circunstancia.
¿Cuál es la emoción que te impide expresarte clara y abiertamente? ¿Miedo? ¿Tristeza? ¿O es cuestión de falta de seguridad en ti?…
La inteligencia emocional, puede ayudar bastante para que sepas cómo gestionar tus emociones, de hecho, la asertividad es uno de los pilares de la inteligencia emocional y la autoestima también.
Sentirte seguro o segura en tus vínculos favorece que sepas que hablar es tu derecho en la relación, qué decir lo que te lastima o lo que te haría sentir mejor no debería ser motivo de problema y si lo es muy probablemente la dinámica de la relación no es conveniente.
No puede ser buena para ti una relación en la que sientes miedo o preocupación a la respuesta del otro frente a lo qué haces o dices.
Cuidarte es tu responsabilidad, ser asertivo es parte del autocuidado.
Quizá sea preferible terminar una relación o alejarte si ahí no se respetan tus derechos asertivos.
No te mereces sufrir ante la imposibilidad de mostrar asertividad y menos lo que puede provocar en tu salud física y mental no poder hacerlo.
Fortuitamente darse cuenta es el primer paso para el cambio, el costo de la pasividad en el cuidado de tus intereses y tus necesidades puede llegar a ser fatal.
Tienes derecho a levantar la voz, opinar, negarte, defender tu integridad, tu patrimonio, tu plenitud… ¿Necesitas aprender a ser una persona asertiva? ¿Qué está causando en tu vida la ausencia de esta?… Ninguna relación amerita que se vaya en ella tu salud mental y que tu vida pase sin sentirte pleno y en paz.
No se requiere declarar la guerra en una relación, la expresión agresiva no es asertividad pero la guerra que si sucede al no asumirse con este derecho es la guerra interior y esa también puede llegar a ser tremendamente desgastante… Si tienes que elegir, elige tu bienestar, elígete a ti… ¿Lo pensé o lo dije?
¡Abrazos!
@Lorepatchen
Psicoterapia presencial y en línea.