Por: Alejandro Moreno*

 

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), desde 2020 México tiene la cuarta proporción más alta de población en pobreza de América Latina y el Caribe, lo cual significa que a 55.6 millones de personas no les alcanza para comer ni cubrir necesidades básicas.

Hoy, la desigualdad social es más profunda y grave que hace cuatro años.

Desde 2019 México bate récord año con año, pero en la salida de inversión que generaba empleo y oportunidades para la sociedad. Tan solo en 2021 la desinversión fue por más de 257 mil millones de pesos, siendo el mayor monto desde que inició el registro en 1992. Ello se debe a la incertidumbre económica, inseguridad pública e irracionalidad en políticas públicas demostradas por el desgobierno mexicano.

Como muestra de la destrucción sistemática del empleo formal, de acuerdo con el INEGI en solo un año se sumaron 985 mil mexicanas y mexicanos a las filas del empleo informal, sumando 32 millones de mexicanos que en el segundo trimestre de 2022 no tenían seguridad social ni algún tipo de prestación.

A la trágica situación económica de las familias mexicanas se añade que la inflación ha sido ascendente desde hace varios meses llegando en julio a 8.15%, la mayor en más de dos décadas y que imposibilita a millones de personas adquirir bienes básicos.

La nación vive en estado de zozobra permanente debido a los ataques que el crimen organizado realiza en su contra sin que exista por parte del gobierno federal una estrategia para atender, contrarrestar y prevenir.

No solo son los hechos que acabamos de sufrir en Guanajuato, Jalisco, Chihuahua, Baja California y Durango, sino una realidad que azota a todo el país y que se traduce en una percepción generalizada de inseguridad al estar sufriendo los años más violentos de la historia patria.

Es evidente que en solo cuatro años los incapaces del gobierno han destruido muchas de las conquistas ciudadanas y las instituciones públicas que habían llevado décadas alcanzar en bien de la sociedad.

Ante esta tragedia nacional, el gobierno quiere culpar a otros de su fracaso, al tiempo que utiliza las instituciones públicas para perseguir y amedrentar a opositores, buscando distraer la atención de los temas importantes del país. No los vamos a dejar y no vamos a permitir que el país se siga cayendo a pedazos.

México exige responsabilidad, visión y eficacia en la acción de gobierno.

*Presidente Nacional del PRI.