Hace casi cinco años, “Toribio” llegó a la Universidad Politécnica de Tulancingo (UPT) siendo un pequeño novillo, hoy, es la mascota que convive, vigila y hace travesuras a la comunidad de la casa de estudios.

En entrevista para Síntesis, Benancio Pérez Islas, colaborador del área de Mantenimiento de la UPT y uno de los muchos cuidadores de Toribio, recordó que el ejemplar fue donado por un grupo de estudiantes de Ingenierías en septiembre de 2017, ya que la universidad tiene como mascota a un toro.

“Algunos alumnos lo trajeron de becerrito, estamos en una región donde la mayoría tiene vacas y lo donaron, llegó aquí muy bebecito, de hecho todavía se le dio leche, los mismos chavos que lo trajeron, fue creciendo y creciendo, ha vivido en toda la universidad”, contó el trabajador.

Desde entonces, el astado hizo suyas las extensas áreas verdes con las que cuenta la institución superior, lo que le ha dado su fama entre docentes y estudiantes, quienes lo buscan para tomarse fotos, acariciarlo y darle de comer.

“A los alumnos les sorprende, muchos se sacan fotos con él, luego lo andan buscando, los estudiantes lo aprecian, se cooperan para darle comida; es una imagen de la escuela, algo real”, consideró Benancio Pérez.

Con el paso de los años, Toribio también ha ganado peso y estatura, por lo que  el personal de mantenimiento lo amarra y cambia de lugar a lo largo del día; “él no es agresivo pero después de pandemia, cuando no vio a nadie y de repente empezó a ver gente, quería jugar con ellos pero como ya está grande son más fuertes sus golpecitos”, detalló el encargado.

Aunado a lo anterior, Toribio es conocido por la larga lista de travesuras que ha hecho en la UPT, desde corretear a los universitarios que deambulan fuera de clases, romper vidrios, y hasta tirar espejos y rayar los carros de académicos y estudiantes.

“Toribio es un orgullo de la escuela, de quienes la dirigen y un orgullo para los alumnos; la escuela  tiene su propia mascota, lo que representa la universidad porque somos toros”, destacó.