Por Arturo Moreno Baños
La imagen del desnudo femenino es un elemento muy recurrente en la obra del maestro Diego Rivera. Desde su trabajo como muralista hasta su obra de caballete, sus figuras femeninas interpretan distintas visiones de la mujer en la cultura mexicana, interpretando a mujeres implicadas en luchas sociales, grandes divas del cine mexicano y las que mostraban la belleza del folclore de México. De sus retratos de celebridades mucho se ha hablado, pero de las musas que aparecen en sus murales y pinturas simbólicas sobre nuestra cultura muy poco se sabe, pues muchas quedaban en el anonimato. Por fortuna, la musa que posó para uno de los cuadros más representativos del artista pudo compartir su experiencia como una de las modelos de Diego.
Nieves Orozco Soberanes fue una bailarina originaria de Villa de Tezontepec, Hidalgo. Nació un 5 de agosto de 1922, distinguiéndose por su desempeño en el ejercicio de la danza, poniendo sus habilidades al servicio del ejercicio de las artes plásticas como modelo en la academia de San Carlos, donde se relacionó con maestros como Manuel Rodríguez Lozano e Ignacio Asúnsolo.
Pr medio de sus amistades en la academia que tuvo la oportunidad de ser presentada con el maestro Diego Rivera para ser contemplada como una de sus modelos, siendo sus cualidades estéticas muy representativas del canon de la mujer mexicana lo que persuadió al maestro Rivera para representarla en varios de sus trabajos, dentro de los que destaca su famoso cuadro “Desnudo con alcatraces”, en el que se aprecia a una mujer en cuclillas dando la espalda al espectador, luciendo una bella piel en color bronce con un cabello obscuro recogido para destacar la bella arquitectura de su espalda, logrando una agradable composición con el gran ramo de alcatraces que el personaje abraza.
Para el momento en el que se elaboró la obra, Nieves estaba insegura sobre aceptar el trabajo, pues en ese entonces estaba embarazada, sin embargo, el maestro Diego Rivera la convenció de aceptar modelar para la obra.
Este trabajo representaría uno de los mayores desafíos para la modelo, pues aparte de la delicadeza de su estado de salud por su condición de embarazo, Nieves tenía que trasladarse desde su domicilio en Cuernavaca, Morelos, a la casa estudio de Diego Rivera en la calle de Alta Vista, en San Ángel (hoy museo en CDMX), en un automóvil que el artista mandaba para traer a la modelo.
Fueron varias las sesiones en las que Nieves fue solicitada para posar para el cuadro, la modelo compartió que el espacio era algo gélido y tenían que encender braceros para poder calentarla mientras permanecía largas jornadas en una pose tan cansada que le provocaba entumecimiento en el cuerpo.
Nieves no tenía idea del impacto que tendría esa obra que trascendería a lo largo del tiempo, con lo que su participación sería demasiado importante, pues había mucha inquietud en conocer a la musa de la pintura.
Nieves migraría a Minneapolis, Estados Unidos, para pasar gran parte de su longeva vida, murió el 29 mayo del 2021, antes de cumplir 99 años. Su testimonio sobre su colaboración con Diego Rivera fue de vital importancia para rescatar la presencia de las modelos que quedaron anónimas dentro de la historia del arte mexicano.