Por: Karen Quijano

A principios del siglo XX, a partir del movimiento de las sufragistas que lucharon por adquirir derechos de ciudadanía en México, se experimentó un movimiento de empoderamiento femenino. De hecho, en nuestro país, los derechos político-electorales de la mujer fueron reconocidos hasta el 17 de octubre del año de 1953, cuando el entonces Presidente Adolfo Ruiz Cortines promulgó un decreto que reformó los Artículos 34 y 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con lo cual se reconoció a la mujer como ciudadana de la República Mexicana, suprimiendo así el precepto constitucional que limitaba su participación en las elecciones municipales. A partir de este hecho, las mujeres del país obtuvieron el derecho a ocupar espacios de representación popular en diferentes espacios como la Cámara de Diputados.

Para alcanzar este logro, fue necesario que ocurriera todo un proceso que comenzó a finales del siglo XIX, cuando se realizaron diversas acciones en favor de las mujeres con miras a la igualdad de género, tales como las primeras publicaciones femeninas como: “Las hijas del Anáhuac” (1873), considerada como la primera publicación en México dirigida y escrita por mujeres; “El álbum de la mujer” (1883-1890), destacada porque su directora, Concepción Gimeno fue pionera en reflexiones críticas sobre la condición femenina en el país; “El correo de las señoras” (1883-1894), un semanario del siglo XIX que circuló por cerca de diez años; “Las violetas del Anáhuac. Periódico literario redactado por señoras” (1887-1889), que fue dirigido por Laureana Whight González, un espacio periodístico de gran importancia, donde las mujeres escribieron sobre diferentes temáticas, convirtiéndose en un referente para el surgimiento de poetas, escritoras y periodistas de la capital mexicana. Y es precisamente en esta publicación donde se planteó la demanda del sufragio para la mujer y la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres.

De esta forma, se fueron creando una serie de apoyos y acciones para que las mujeres mexicanas participaran y pudieran acceder a cargos públicos. Las primeras mujeres electas fueron Aurora Jiménez de Palacios, quien el 4 de julio de 1954 se convirtió en la primera Diputada Federal en la historia de México por el estado de Baja California; María Lavalle Urbina de Campeche y Alicia Arellano Tapia de Sonora, quienes el 4 de julio de 1964, fueron electas como las primeras senadoras; o el caso de Griselda Álvarez de Colima, quien en 1979 fue electa como la primera gobernadora en México.

En cuanto al estado de Hidalgo, la primera mujer electa para el cargo de presidenta municipal fue Amparo Muñoz, del municipio de Tasquillo, en el periodo de gobierno 1952-1955. En el mismo año, Aurora Spínola de la Colina fue la primera regidora de la capital hidalguense. Mientras que en las elecciones municipales de 1954, Galdina Vite, Vda. De López, fue electa presidenta municipal de Molango y 9 años después en 1966, la abogada y maestra Olga Trevethan Cravioto se convirtió en la primera diputada del Congreso de Hidalgo en la XLV Legislatura; sin embargo fue sustituida por Pedro Téllez Fernández. Y, en 1973, Estela Rojas, fue la primera diputada federal del estado. Estas mujeres fueron pioneras que ocuparon cargos de elección popular en diferentes niveles de gobierno.

En 1993 se aprobó una reforma en la que se invita a los partidos políticos a promover una mayor participación política de las mujeres. Posteriormente, en la reforma de 1996 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), se incluyó la recomendación a los partidos políticos para que consideraran en sus estatutos que las candidaturas, tanto por el principio de mayoría relativa como por el principio de representación proporcional, no excedieran de 70% para un mismo sexo. Sin embargo, era solo una recomendación que no obligaba a los partidos políticos a llevarlo a la práctica. La incorporación de las leyes de cuotas y de la paridad de género ha sido una medida extraordinaria para colocar a las mujeres en las candidaturas a cargos de representación.

En la actualidad, en el estado de Hidalgo la participación política de las mujeres en el poder legislativo local se ha incrementado. Esto, a partir de la obligatoriedad de la cuota de género emanada en 2002. Así, en la LVIII Legislatura solo se dio la presencia de 5 mujeres en las curules, mientras que en la Legislatura LIX fueron 6 mujeres electas y una que se sumó por suplencia dando un total de 7.

Y en la Legislatura LX aumentó hasta 8 mujeres diputadas locales. Para la Legislatura LXI, se hizo evidente la representación que fue de 10 mujeres ocupando escaños. Una de las legislaturas más emblemáticas fue la LXIV Legislatura (2018-2021), cuando más del 50 por ciento de las curules fueron ocupadas por mujeres. Actualmente en la LXV Legislatura (2021-2024), las mujeres representan 15 de los 30 curules del Congreso del Estado de Hidalgo. En este sentido, aún queda camino por recorrer en equidad de género y que las mujeres tomen un protagonismo verdadero en cargos de elección popular.

* Maestría en Planeación y Desarrollo Regional, 2021-2023.