“Los docentes no son el problema. Los padres son el problema. Ellos no les enseñan a sus hijos modales, ni el respeto que deben tener sus hijos en la clase”. La profesora Lisa Roberson, de Georgia, Estados Unidos, hace esta fuerte declaración en un ejercicio de reflexión que se ha vuelto viral en las redes sociales.
El rol de los padres es fundamental en el sistema educativo de cualquier país. México no es la excepción. Después de dos años de aislamiento social a causa de la pandemia de Covid-19, los estudiantes regresan a los centros educativos cual extraños en dicho entorno.
La falta de hábitos de estudio, el descuido en el cuidado personal de muchos de ellos – hay que decirlo, la falta de valores, la indisciplina y la completa falta de respeto hacia las figuras de autoridad a su alrededor están, tristemente, caracterizando a un porcentaje muy alto de estas generaciones.
Siguiendo con la reflexión de la maestra Roberson, muchos dicen: “el sistema educativo falla”. ¿Los papás asisten a las reuniones cuando son llamados? ¿Están en contacto frecuente con los maestros de sus hijos? ¿Ayudan a sus hijos con las tareas?
“¡Ay no profe!, yo llego bien cansada del trabajo. Nomás le pregunto si ya hizo la tarea y siempre me dice que sí. Le pregunto si le dejaron tarea y dice que no le dejan tarea. Ya está grandecito para que se haga responsable”.
Una mamá “invisible”. Un papá “invisible”. Niños que viven con sus padres pero en realidad abandonados en su entorno afectivo. “Es que vengo a ver si me ayudan con mi hijo. A mí ya no me hace caso”. Si no existe el control en casa, ¿creen que en la escuela harán caso a los maestros?
Un gran número de los padres de familia actuales miran a las escuelas como “la gran guardería”, que se hará cargo de sus hijos la mitad del día, ya sea en el turno matutino o el vespertino. La escuela no es concebida como el lugar de aprendizaje de conocimientos, destrezas y habilidades para aspirar a una mejor vida.
“Hola. Señora, le llamamos de la escuela. Su niño se raspó una rodilla. ¿Puede venir para que lo lleve al médico para que lo revise? ¡Ah, no! Yo no me puedo salir del trabajo, que se vaya solo a la casa, al fin vivimos cerca de la escuela”. ¿Les suena familiar?
Durante la pandemia se trabajó bajo el supuesto que los padres apoyarían el trabajo de sus hijos para cumplir con los trabajos en línea. El gobierno federal llegó a un acuerdo con las grandes televisoras nacionales para trasmitir los contenidos del programa “Aprende en Casa”. Los partidos de fútbol, las telenovelas y programas de entretenimiento ganaron la batalla. ¿Sus hijos veían los programas educativos para aprender o preferían las caricaturas?
Los paterfamilias se alegraron muchísimo con el regreso de las clases presenciales. Por fin regresó “la gran nana”. Y sin filtro sanitario en casa. “Señora, su hija tiene gripa, no puede asistir así a la escuela. – Pero es “poquita” gripa, no pasa nada maestra. Es que no tengo con quién dejarla en la casa”.
“Por esto creo que los docentes no pueden hacer el trabajo que deben hacer los padres. ¡Hasta que los padres den un paso al frente y hagan su trabajo, nada podemos hacer para mejorar!”, vuelvo a citar a la maestra Roberson.
Exigimos maestros responsables. Correcto. Nos urgen padres responsables. El resultado lógico serán mejores estudiantes y mejores ciudadanos del futuro. Difundamos el mensaje.
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