“Esperemos que la economía nos favorezca este año”, es el deseo de decenas de floricultores hidalguenses que este 2022 apostaron por la producción de cempasúchil, la flor de veinte pétalos y uno de los elementos más representativos de las festividades del Día de Muertos; este año, se prevé una producción en el estado de alrededor de mil 437 toneladas de la flor naranja que guía a las ánimas a los altares.
El proceso de siembra comienza con la temporada de lluvias, contó María de la Paz Aguilar Mejía y Carlos Cruz Martínez, quienes desde hace 22 años cultivan en Doxey, Tlaxcoapan, comunidad que junto con San Francisco Bojay, Tula, concentran la mayor producción de esta flor, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Agropecuario de Hidalgo (Sedagroh).
“En el mes de junio preparamos la tierra para poder sembrar lo que es la ‘manita de león’, posteriormente viene la siembra en julio de la crisalia; en agosto trasplantamos el cempasúchil y la nube, con eso termina la preparación de la siembra; después hacemos fumigadas, los desyerbes y cuidamos hasta que llega este feliz término, donde el campo se pinta de colores”, explicó para Síntesis la señora María.
Aunque la floricultora simplificó el proceso, reconoció que los más de cinco meses de siembra implican una serie de retos para cada productor y productora, desde obtener los recursos para cultivar, pagar peones, mantener los plantíos libres de plagas, quitar la maleza, y hasta pedir al cielo que el mal tiempo no arruiné la flor o sean víctimas de robo.
Si se logra superar lo anterior, llega un nuevo reto para quienes hacen florecer el cempasúchil hidalguense: el corte y la venta, aunque para los floricultores “no hay imposibles cuando se quiere”, declaró María al recordar que inició en dicha actividad económica por iniciativa de Carlos, su esposo, a quien le entró la “espinita” y obtuvo guía de Pedro Hernández, uno de los productores pioneros de la comunidad; ahora la pareja forma parte de una red de aproximadamente 60 cultivadores que se apoyan y comparten consejos en Tlaxcoapan.
“Los días fuertes, para la superficie que tenemos que es de 40 áreas, ocupamos unas seis personas para que nos ayuden a cortar y vender el manojo, conforme va llegando el cliente es cómo vamos cortando; también vienen mayoristas pero ellos arreglan sus flores”, detalló Aguilar Mejía al resaltar que su cempasúchil se comercializa en el Valle de Tulancingo, y las Zonas Metropolitanas de Pachuca y de México; “hasta allá va a dar nuestra flor”.
Hidalgo, tercer lugar nacional en producción de “Cempohualxochitl”
Con una superficie de 111 mil hectáreas, Hidalgo ocupa el tercer lugar a nivel nacional de producción del “cempohualxochitl”, que significa “veinte flores” o “varias flores” en náhuatl; la entidad se encuentra por debajo de Puebla y Tlaxcala que tienen una superficie de siembra de mil 557 y 118 hectáreas, respectivamente, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera del gobierno federal.
El estado forma parte de las 10 entidades que producirán en conjunto un estimado de 20 mil 245 toneladas de la flor naranja y amarilla para los festejos a la muerte de este 2022; al menos mil 437 toneladas serán de Hidalgo, reveló Napoleón González, titular de la Sedagroh, quien reconoció que hay una disminución en la producción de la cantidad de flor por cuestiones de la pandemia y de plagas en el estado.
“Ahora tenemos un 20 o 30 por ciento más de productores que lo del año pasado, porque si bajó, muchos no se quisieron arriesgar el año de la pandemia, en 2020 pocos quisieron sembrar, el campo no se veía igual, pero este año ya se volvieron a animar”, coincidió el productor Erik Rivas.
“Llévele, llévele”
“Que la economía nos favorezca, por lo menos, sino me alcanza para derramar, que me alcance por lo menos para volver a invertir en la tierra y seguir trabajando”, expresó la señora María al contar que, “desgraciadamente”, llegan clientes que regatean y buscan precios de años atrás, los cuales no son posibles otorgar por los costos que implica la labor que ella y su gente realiza, por lo que pidió a la gente comprar a un precio justo y con floricultores hidalguenses.
“Esperamos continuar con esta tradición en los próximos años, hasta que Dios nos preste vida aquí estaremos trabajando este producto. Para para mí es una satisfacción que me da mucho gusto, ver el esfuerzo, como dicen: ya a todo su esplendor; es una satisfacción que mientras Dios nos preste vida aquí estaremos”, concluyó.