Por: Raymundo Isidro Alavez
En los últimos años se ha intensificado el interés por mantener vivas las lenguas originarias en México, así como en otras latitudes; este beneficio se ha dado a través de la investigación académica con el fin de rescatar y difundir la historia social de las hablas que aún se preservan en diferentes países y en el territorio mexicano. De igual manera se han divulgado en el plano nacional e internacional a través de la música, narrativa, poesía, cuentos y relatos.
Se está recuperando la conciencia de la importancia que tienen las lenguas que se hablan en la vida cotidiana en las diferentes comunidades rurales y aún en las instituciones de educación superior para que sean recuperadas y enseñadas en universidades interculturales, universidades estatales y en la máxima masa de estudios. Se han abierto cursos, seminarios, diplomados y concursos literarios.
Los organizadores de estas reuniones son académicos, investigadores, hablantes de las mismas lenguas o de otras con el fin de participar e ir desarrollándose conjuntamente; la participación ha sido por medio de conferencias, seminarios y diplomados con el fin de preservar el poder de las lenguas autóctonas y de hablas minoritarias que pugnan por el reconocimiento de la lengua de sus ancestros, elemento indispensable de su historia.
Las lenguas autóctonas e idiomas son parte de la cultura, al grado de ser considerados mucho más importantes las lenguas e idiomas porque es la principal forma de difundir la cultura de un pueblo, la forja de una civilización y de la creación de un pensamiento. La lengua refleja el modo de pensar de una sociedad o un grupo de individuos, el modo de comunicación de un pueblo. El lenguaje, entendido por un sistema de signos, códigos de letras, símbolos y letras que forman palabras, en ocasiones no encuentran sentido porque se han instruido por otra cultura a través de sonidos y figuras que dan un estilo de pensamiento diferente.
Meillet Antoine, lingüista francés, expresó:“las lenguas sirven para expresar las mentalidades de quienes las hablan, pero cada lengua constituye un alto grado organizado que se impone a los hablantes y da a sus pensamientos su forma; solo se somete a la acción de la mentalidad en cuestión, de una manera lenta y parcial”.
México es un país pluricultural, porque existen varias culturas, y plurilingüe, porque en ella se hablan varias lenguas. Es una nación pluricultural desde 1992 por decisión de la Convención de las Naciones Unidas sobre Derechos de Pueblos Indígenas. Estas lenguas y culturas están en contacto y de alguna forma interactúan entre los hablantes de ellas, intervienen en sus tradiciones, en mediana manera en el arte.
En lo ancho y largo del territorio mexicano habitan 16,933,283 indígenas, conforman el 15.1 por ciento de la población; en ella se hablan el español y 68 lenguas originarias, éstas y el español o castellano son considerados lenguas nacionales; entre las lenguas autóctonas se hablan 364 variantes y las de mayor número son el náhuatl, maya, zapoteco, mixteco, hñähñu (variante otomí) y el tzeltal.
Representantes de organizaciones culturales, directores de instituciones educativas, algunos gobernantes, activistas de la sociedad civil y hablantes de lenguas vernáculas, todos ellos preocupados en preservar los elementos culturales autóctonos, están haciendo todo lo posible por aumentar el número de hablantes de las lenguas nativas. De igual manera, directivos de instituciones supranacionales, como la Organización de las Naciones Unidos (ONU), están contribuyendo en el fomento de la permanencia de los pueblos originarios mediante la educación, la ciencia y la cultura por vía de la UNESCO: música, pintura, escultura, teatro, pintura y literatura.
La décima edición del Libro y la Rosa, “Día del Libre i de la Rosa” (en lengua catalán), en honor a Williams Shakespeare, Miguel de Cervantes Saavedra y Garcilaso, de la Vega y Dolores Cacuango, convocó al Concurso, Día del Libro y la Rosa, en lenguas indígenas, occitano, catalán y castellano. El primer concurso fue en 2004 con la escritura en castellano, quichua y catalán. La iniciativa emergió en Casal Catalá de Quito Ecuador y la UNESCO.
Al inicio del evento, una de las conductoras del programa resaltó la importancia del homenaje a los grandes literatos y expresó una de las tantas frases que legó el gran literato, José Luis Borges: “de los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro, solo es una extensión de la imaginación y la memoria”. El libro es elemental porque en su lectura abre la mente, instruye, deleita, informa, enriquece el conocimiento e incrementa fuerza anímica en el lector. El libro es memoria colectiva y preservación del conocimiento.
Alejandra Sandoval Andrade, alumna de séptimo semestre de la licenciatura en Comunicación, es la autora de Relatos de una rosa, Ya b’ede dige’a n’a ra doni, escrita en lengua hñähñu, la cual se habla en el Valle del Mezquital, Estado de Hidalgo, y traducida al español. En México, Vicente López Martínez, con su narrativa Huitzilopochtli. De manera especial se agradece la atenta invitación que hizo llegar el señor Vicens Giralt i, Bougat, miembro del “ Orfeo Catalá de México.