Por: Carlos R. Muñoz Moreno

 

Hay tentaciones consustanciales a la política, y una de ellas es el futurismo, bajo el cual se construyen castillos en el aire, expectativas y proyectos que a veces se consolidan y otras más se quedan en buenas intenciones, en el mejor de los casos, o en proyectos fallidos que a su vez destruyen y frustran las responsabilidades de los soñadores en turno.
Para nadie es un engaño el cómo Manuel Ángel Núñez Soto perdió mucho del tiempo para gobernar Hidalgo en su aspiración de convertirse en candidato de su partido a la Presidencia de la República, aspiración que abrió el resquicio suficiente para que Miguel Ángel Osorio construyera sus propias redes alternas al PRI para alcanzar la gubernatura; y luego el propio Osorio Chong, en su afán de ser el sucesor de Peña Nieto, también descuidó sus responsabilidades por un proyecto que acarició pero no concretó.
Este mismo futurismo es hoy un factor que amenaza con fracturar las monolíticas simpatías de MORENA que ha logrado así ir ganando numerosas gubernaturas en todo el país, pero si no hay acciones que puedan detener las confrontaciones entre las despectivamente llamadas “corcholatas”, habrá un riesgo real de que el llamado proyecto de la 4T se termine con apenas un sexenio cumplido.
Lo visto en el vergonzoso programa de la igualmente vergonzante gobernadora Layda Sansores, que se ha convertido en un espacio para el delito, la amenaza y chantaje contra opositores, ha dirigido su artillería contra un militante del mismo partido, y si las consecuencias continúan como hasta ahora se prevé, no serán solo Monreal y Sansores parte de los damnificados sino también la favorita, Claudia Sheinbaum, entre otros cuadros que empiezan a tomar posiciones, bandos y artillería.
Pero este mal no sólo afecta el espectro nacional, a nivel estatal también ya hay futurismo político; dicen que en el primer minuto que un gobernador asume el cargo, comienza la rumorología respecto de su potencial sucesor, y aunque del gabinete de Julio Menchaca no hay una figura clara y definida que pudiese comenzar a construir un proyecto transexenal, los tiradores SUSPIRANTES ya están pensado en las diputaciones federales y la senaduría como un paso importante para comenzar a profundizar y arraigar sus planes.
Tanto en MORENA como en PAN, PRI, PRD, MC y demás partidos ya hay rumorología y aspirantes no del todo discretos que han comenzado a moverse con mayor soltura para buscar dichas nominaciones.
Simey Olvera, ahora secretaria de Desarrollo Social, tiene sin duda un muy buen escaparate para el futuro, con una Secretaría que reparte apoyos y está diseñada para dotar de beneficios a miles de hidalguenses, lo que la pone en inmejorable posición si sortea los señalamientos que ha tenido de despidos y de diferencias con el gremio periodístico; Miguel Tello, que llegó a enterrar la Unidad de Planeación y, como su antecesor, la ha mantenido y le ha sabido sacar jugo, es con mucho el funcionario menchaquista más visible y más activo en medios y redes sociales, construyendo desde ya un perfil que podría llevarlo al congreso federal y después a subir su propia apuesta.
No podemos dejar de lado a luchadores sociales y a morenistas históricos que, aunque no están en el gabinete sin duda tratarán de hacerse de nominaciones y curules que les den impulso para alcanzar sus metas y ambiciones personales, de la misma manera que neomorenistas, como Cuauhtémoc Ochoa, que sin duda espera que esta vez no se le escapará la senaduría, seguirán trabajando para alcanzar sus propios objetivos.
Enfrente la disputa no será menor porque, aunque el resultado de la elección por la gubernatura fue contundente, los trescientos mil votos alcanzados por Viggiano Austria no pueden desdeñarse y reflejan una gran fortaleza del priismo en la entidad; no duden que esos opositores estarán pendientes de que el bono democrático de Julio Menchaca se agote para rentabilizar toda inconformidad posible y también poner la mirada en el 2024 y más allá.
¿Nombres? Israel Felix sin duda volverá por sus fueros, pues está al frente un municipio importantísimo, con una evaluación positiva de sus ciudadanos; Carolina Viggiano seguramente está pensando en el Senado y en mantener vivas sus ambiciones; sin olvidar que algunos de los fayadistas sobrevivientes también piensen en sus propios proyectos como Julio Valera o Alejandro Enciso, aunque este último nunca ha brillado por sí mismo, no tiene méritos y sólo se posiciona como el secretario del exgobernador Fayad.
¡Un abrazo a la cuatitud!