Por: Alfonso Padilla Vivanco

 

Dentro del acervo de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH) Dr. Eusebio Dávalos Hurtado, existe la colección más importante de códices prehispánicos que forman parte del patrimonio documental y bibliográfico del México antiguo. La colección es muy amplía y se encuentran documentos tan significativos para entender el pasado de México como el códice Boturini o tira de la peregrinación, el códice Dresde, el códice Florentino (en copia), el códice de Huichapan, el códice Badiano o Libellus de medicinalibus indorum herbis (Libro
sobre las hierbas medicinales de los pueblos indígenas). El colorido de las páginas de este último códice es de una belleza que llega al alma. Es realmente un libro de trece capítulos, el cual fue escrito en latín, aunque también el nombre de cada hierba medicinal está escrito en náhuatl. La historia detrás de este documento data del siglo XVI, lo cual lo hace aún más interesante. Se dice que el manuscrito lo realizó el médico tlatelolca Martín de la Cruz y la traducción al latín fue del xochimilca Juan Badiano. En sus páginas se describe el uso terapéutico de las hiervas y su preparación. Un interesante video puede ser visto en Legislación y educación en la América Hispana. Nueva España en el siglo XVI. Códice De la Cruz-Badiano.

Un documento de está importancia histórica debe conservarse bajo condiciones de humedad y temperatura adecuadas, por ello no siempre están expuestos al público en forma permanente. Desde hace algunos años, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha digitalizado, para servicio de investigadores, profesores, estudiantes y público en general, y a fin de poder observar, estudiar, analizar, comparar, o inspeccionar un sin número de documentos históricos que han sido puestos en mediateca.inah.gob.mx.

En general, el trabajo que realiza un profesional de la captura digital de este tipo de documentos, sin duda, debe ser de mucha responsabilidad para lograr que el registro de la información, de cada documento antiguo, sea sin deterioro de este mismo. Si la exposición a la luz de un documento es inadecuada, podría generar daños irreversibles en éste. Por lo que esto implica un estudio previo de la intensidad y el tipo de iluminación, que debe ser usada durante el proceso de registro o captura digital.

En los últimos años, los extraordinarios avances tecnológicos tanto en materiales ópticos, como en la construcción de nuevos dispositivos, tales como cámaras digitales, las cuales son cada vez más pequeñas y están llenas de funciones, han permitido obtener imágenes digitales casi perfectas. Estos sistemas se han vuelto muy populares; sin embargo, para facilitar su manejo con el mejor desempeño posible se requiere de la comprensión de algunos aspectos técnicos necesarios. Por lo que se debe tener en cuenta, en el momento de comprar un equipo determinado, algunas componentes básicas de un sistema de adquisición de imágenes, como son tipo de sensor y su resolución espacial, así como el rango de longitudes de onda que detecta, también se debe considerar el tamaño del campo de visión que abarca y el sistema de lentes que contiene. Las cámaras modernas de calidad, intentan imitar al sistema visual humano, por ejemplo, la proximidad límite de los objetos fotografiados, suele estar en los 25 centímetros, para un campo de visión entre los 40 o 50 grados, por cierto muy bajo respecto del campo normal que puede ver el ojo, aún así las imágenes de los objetos aparecen casi como se ven a simple vista. Un avance importante lo han hecho las cámaras de celulares, que se comportan como un gran angular. En los móviles, lo habitual es que la cámara principal, este en torno a los 26 o 28 mm y que capture en un campo de visión de 80 a 85 grados. Estas distancias en realidad son, equivalencias, debido a que el espesor de un móvil, normalmente, no pasa de los 10 milímetros. Una tabla muy interesante sobre los tipos de gran angular existentes en telefonía móvil se pueden ver al buscar: Todo sobre fotografía móvil (1): el gran angular.

Un diseño de cámara que ha sido muy popular es aquella que basa su funcionamiento en el sistema Reflex. Este diseño, normalmente, se compone de la combinación de un espejo, un objetivo o sistema de lentes móviles (lente zoom), diafragma, pentaprisma, ocular y sensor. Todas estas componentes trabajan juntas para formar la imagen final. Hoy día estos sistemas ópticos despliegan, previamente, la imagen en una pantalla LCD (Liquid Crystal display), para que el usuario la pueda ver en forma más cómoda. Asimismo, se tiene la posibilidad de visualizar la misma imagen en el visor de la cámara usando el ocular. La imagen la forma realmente el sistema de lentes zoom, ésta es después enviada hacia el espejo interno, de donde puede ir a un sensor y capturar la fotografía, o pasar por un pentaprisma que la reflejará hacia el ocular. Sin duda, un importante avance tecnológico en siglo XX fue este sistema Reflex, el cual sigue siendo el más común en la mayoría de los equipos profesionales para la toma de fotografías. Uno de los aspectos más importantes que el usuario debe considerar al adquirir un equipo de este tipo es en lo que respecta al sistema de lentes u objetivo de la cámara, éste se caracteriza por su distancia focal, conocida técnicamente como distancia focal efectiva. Típicamente, esta distancia focal es de 50 milímetros y si el diámetro de la lente objetivo es de 35 milímetros, entonces el cociente de estas cantidades nos da un número conocido como número f. En el caso de los parámetros 50/35, esto es aproximadamente igual a: 1.42. Este es un número f, que deja abierto por completo el diafragma, este último elemento es el que controla el paso de luz a la cámara. Si se reduce el diámetro del diafragma, entonces se puede tener la sucesión de números f siguiente: 2, 2.8, 4.0, 5.6, 8.0, 11.0, 16.0, 22.0 ó 32.0. Cada reducción del diafragma (estas reducciones las impone el mecanismo de la lente zoom), mediante cada valor de esta sucesión, limita el paso de la luz o energía luminosa a la mitad. Sin embargo, el número de planos enfocados de una escena determinada, también aumenta, en la medida de que el número f, crece. Este fenómeno se ilustra en el sitio:
https://www.sony.es/electronics/support/articles/00267926

Con todo lo expuesto anteriormente, se lograría la comprensión mínima necesaria para un buen manejo de una cámara profesional, sobre todo si la escena u objeto a fotografiar requiere del cuidado, como en el caso de documentos de tanta importancia histórica.

alfonso.padilla@upt.edu.mx Universidad Politécnica de Tulancingo