Por Carmen Ponce Meléndez
Otorgar centralidad al cuidado se convierte en un elemento esencial de la construcción de un modelo de sociedad alternativo cuyo fin y centro sea la sostenibilidad de la vida. Cepal, “La sociedad del cuidado. Horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”.
La sociedad del cuidado exige transformar las relaciones de poder que están en la base de la división sexual del trabajo, terminar con la cultura del privilegio y garantizar la autonomía económica, física y política de las mujeres.
Un objetivo prioritario para que dicho modelo logre superar los nudos de la desigualdad de género es la autonomía de las mujeres, entendida como su capacidad “para tomar decisiones libres e informadas sobre sus vidas, de manera de poder ser y hacer en función de sus propias aspiraciones y deseos, en el contexto.
Desde el punto de vista económico, la meta de priorizar la sostenibilidad de la vida frente a la acumulación de capital requiere superar el modelo actual de desarrollo basado en la acumulación por desposesión y dar valor a los cuidados, como procesos centrales que permiten sostener la vida.
En el modelo reinante, predominan el extractivismo, la depredación ambiental, la violencia y el acoso y despojo de las poblaciones indígenas y campesinas.
Para ello es necesario promover la redistribución del trabajo de cuidados y equilibrar las cargas y los beneficios derivados de la relación con los recursos ambientales.
El cuidado del planeta es parte constitutiva de la sociedad del cuidado, en tanto el modelo transformador solo es viable si es sostenible e integral respecto de las capacidades del planeta y de la dignidad humana.
Hasta hoy este sistema de explotación descansa negativamenta en las Mujeres. Al revisar las horas totales de trabajo no remunerado en función de quién lo realizó se observó que las mujeres cubrieron 70.2 del tiempo total de cuidados y los hombres, 29.8 por ciento. En este trabajo no remunerado los cuidados especializados en los hogares para 2021 fue de 55.6 por ciento en valor económico y 34.9 en horas, ambos realizados fundamentanlmente por MUJERES. ( Cuenta Satélite del Sector Salud 2021. Inegi).
Las horas de trabajo no renumerado también expresan una amplia desigualdad de género. Según Cepal (Comisióin Económica para América Latina y el Caribe), en México éstas son de 44.6 mujeres versus 16.9 hombres (veáse gráfica).
Sin embargo esta relación se invierte cuando se trata de trabajo remunerado, la participación femenina en el mercado laboral es prácticamente la mitad que la masculina. Una barrera muy importante son la carga de trabajo por cuidados.
La Organización Internacional de Trabajo (OIT) en su documento: “Los cuidados en el trabajo. Invertir en licencias y servicios de cuidados para una mayor igualdad en el mundo del trabajo”,ofrece una visión general mundial de las leyes y prácticas nacionales relativas a las políticas de cuidados, a saber, la protección de la maternidad, políticas sobre licencia de paternidad, parental, cuidados de larga duración y otras políticas de licencia para cuidados, así como a los servicios de cuidado infantil y los cuidados de larga duración.
El informe presta atención a las trabajadoras y los trabajadores más frecuentemente excluidos, como los autónomos, los de la economía informal, los migrantes y los progenitores adoptivos y LGBTQI+.
Concluye con un llamamiento a la acción para invertir en un conjunto transformador de políticas de cuidados que sea el eje de una agenda internacional más amplia sobre la inversión en la economía de los cuidados, que es la vía para avanzar en la construcción de un mundo del trabajo mejor y con mayor igualdad de género.
Del informe se desprenden ocho mensajes-conclusiones fundamentales:
1. La licencia de maternidad es un derecho humano y laboral universal que, sin embargo, sigue sin cumplirse.
2. La licencia de paternidad es fundamental para hacer posibles los derechos y responsabilidades de los hombres en los cuidados.
3. La licencia parental y otras licencias para cuidados especiales también pueden ayudar a conciliar las responsabilidades laborales y familiares de madres y padres en el curso de su vida.
4. El lugar de trabajo es un sitio importante donde empezar a promover la seguridad y la salud, y salvar vidas.
5. Los lugares de trabajo que propician la lactancia materna ofrecen tiempo, seguridad de ingresos y espacio para conseguir resultados positivos en materia de nutrición y salud.
6. Los servicios de cuidado infantil son vitales para el desarrollo del niño, el empleo de las mujeres y la creación de empleo.
7. Los servicios de cuidados de larga duración son esenciales para garantizar los derechos a un envejecimiento digno y con salud y a vivir independientemente.
8. El camino a seguir consiste en invertir en conjuntos transformadores de políticas de cuidados.