Por Jorge Esqueda Hernández

El año por empezar iniciará a nivel mundial con tres preguntas, todas unidas y en buena medida influyéndose mutuamente: ¿habrá recesión y seguirá la inflación? ¿Qué pasará en Ucrania? ¿Ahora sí la Covid será una enfermedad más?

Ningún país estará al margen de lo que suceda con las respuestas a esas tres interrogantes, que más vale tenerlas presentes porque a pesar de que no lo parezca, influirán en nuestro día a día y mucho.

La caída de la actividad económica por tres meses o más, como se define a la recesión, podría afectar a un número de países cuyas economías, sumadas, representan alrededor de un tercio de la economía mundial, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI). Nuestros socios comerciales, Estados Unidos y Canadá, ya mostraban a fines de este año una tendencia preocupante, aunque México se mantenía en expansión de acuerdo al mismo organismo internacional (https://cutt.ly/K04KOYx )

Empero, en el blog del FMI se advierte que la prioridad es la contención de la inflación porque ya hay una crisis en el costo de vida así como daños a los grupos vulnerables y de bajos ingresos. Entre baja en el crecimiento y alza de precios se da una contradicción, pues las medidas para fomentar el crecimiento alimentan la inflación, y las decisiones para bajar o mantener los precios, detienen el crecimiento. Hay una línea fina donde las decisiones nacionales muchas veces poco pueden hacer ante una dinámica de alcance mundial.
Parte del problema viene de la guerra desatada por la invasión de Rusia a Ucrania. Después de la población ucraniana, varios países europeos que necesitan de los energéticos rusos, se espera sean los más afectados en el inicio del año, pues las medidas para adquirir independencia en este tema, no pueden lograrse de la noche a la mañana.

En el terreno militar la salida no es clara. El poderío militar ruso está en duda porque lo que se esperaba como una invasión rápida, de semanas, ha durado ya 10 meses y la perspectiva es confusa, pues los apoyos de Occidente a Ucrania hacen de este país el campo de la verdadera guerra entre las naciones occidentales y Rusia. Mientras todo esto siga, el alza de precios continuará alimentándose.

La Covid parece haberle tomado un gran amor a los seres humanos y se niega a convertirse en una enfermedad más, que regrese solo en época de frío, como la influenza. Sobre todo se aferra a China, donde expertos sugieren a la baja vacunación entre las personas de mayor edad debido a haber dado preferencia a la población en edad productiva, y la falta de la tecnología más reciente en la elaboración de vacunas, como las principales causas del actual repunte de infecciones en ese país.

En estos días finales de diciembre, los reportes desde Hong Kong retratan a las grandes ciudades chinas con hospitales abarrotados, enfermos esperando horas para ser aceptados, sin camas con respiradores, sin medicinas suficientes, morgues rebasadas y crematorios donde la lista de espera para incinerar un cadáver supera una semana. Como si siguieran en 2020, como pasó en el resto del mundo, México incluído.

Ahora China ha cambiado su política de “cero Covid” y se ha abierto, lo que también abre la puerta a que los contagios se distribuyan por todo el planeta, con riesgo de más contagios y sobre todo mutaciones que reten a la inmunidad dada por vacunas e infecciones previas.
En la economía China está en problemas para mantenerse como la “fábrica del mundo”, aunque su sustitución por países como India no sería inmediata, es decir, tiene margen de maniobra. Pero sí existen posibilidades de que muchas áreas de producción se vayan de esa nación asiática, lo que representa una oportunidad para México, pero no es claro que se mueva rápido para aprovecharlo con suficiencia.

Mientras, en América Latina la izquierda no parece estar a la altura del reto, en parte porque los problemas domésticos que enfrenta en cada país donde gobierna, le impiden ver el bosque continental y actuar en consecuencia. ¿Cambiará esto con Lula y su toma de posesión el domingo uno de enero ya de 2023? El descubrimiento de un hombre simpatizante del saliente mandatario Jair Bolsonaro, que pretendía detonar una bomba cerca del aeropuerto de Brasilia, no es buena señal.

De salida: ¿La toma de posesión de Lula no es un motivo más que suficiente para salir de México y acudir a la ceremonia respectiva?
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