Por Lorenia Lira

Uno de los personajes humanos más importantes del México prehispánico es sin duda Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl ¿Por qué nos importa a los tulancinguenses su historia? Este hombre tan importante en la historia prehispánica, habitó en Tulancingo. En los Anales de Cuautitlán (primera parte del Códice Chimalpopoca) se habla de Quetzalcóatl en Huapalcalco y Tulancingo. Se dice que en “2 Tochtli [870]… llegó Quetzalcóatl a Tollantzingo, donde se quedó cuatro años y edificó una casa de tablas de turquesa”
Según las crónicas, primero estableció en este valle, su capital, antes de Tula. Vivió aquí cuatro años con los toltecas, pero se fue posteriormente, probablemente, por la cercanía con los huastecos y los otomíes, quienes eran muy belicosos.

Cuando se fue a Tula, recordaba a nuestra ciudad con el nombre de Tulancingo que significa «La Ciudad Antigua».

Ce Acatl es la fecha en la que nació, es decir nació en el año uno caña, Topiltizin es un título que significa Nuestro noble príncipe, y finalmente se llamaba Quetzalcóatl no por ser el Dios que se adoraba en América desde los olmecas, se llamaba así por ser sacerdote de ese Dios. Así como ahora hay sacerdotes que se llaman Jesús y eso no significa que sean el Mesías de los cristianos.

Su padre fue el rey Tolteca Mixcoatl (o Camaxtli) y su madre Chimalma. Su padre murió cuando él tenía 10 años. Cuando Ce Acatl creció se convirtió en el líder de los toltecas y prohibió el sacrificio de seres humanos, solo permitía el de mariposas. Según la leyenda era blanco y barbado, esto aunado a los valores que impartía como el celibato y la reflexión, además de adorar a un Dios en particular ha hecho que muchas personas lo confundan con Cristo. Ser tan diferente le trajo problemas, pues los adoradores del Dios Tezcatlipoca le pusieron una trampa, le dieron de beber pulque y al emborracharse faltó a su celibato. Al otro día, avergonzado ante los habitantes de Tula, pidió perdón, pero faltaba el golpe final: le mostraron un espejo de obsidiana y se dio cuenta de lo diferente que era de sus gobernados. Se horrorizo ante su rostro y comenzó a usar una máscara. Huyó de Tula, pero prometió regresar y vengarse de Tezcatlipoca y sus adoradores.

Se fue por el oriente y llegó a Yucatán en donde lo conocieron por el nombre de Kukulcan. Allí en un año uno caña (como el año en que nació) hizo una canoa de serpientes y se fue a la mar, donde se quemó a sí mismo y subió al cielo como la estrella vespertina (Venus). Cuando esta estrella sale de noche se llama Xolotl, pero cuando sale en la mañana se llama Tlahuizcalpantecutli, que significa Casa del Señor del Alba.

Este mito resulta muy importante en la historia de México pues a la llegada de los españoles, blancos, barbados y con un aspecto diferente que los hacía parecer dioses, muchos pensaron que era Ce Acatl que regresaba por el oriente a vengarse de Tezcatlipoca. Moctezuma, el entonces emperador de los Aztecas, creyó que Hernán Cortés era Ce Acatl quien se iba a vengar de tantos sacrificios humanos perpetrados por los mexicas. Su miedo fue tal, que entrego su imperio a los españoles sin guerra alguna. Posteriormente varios aztecas se levantaron en armas en contra de los europeos, pero ya era tarde, Cortés tenía prácticamente dominado el imperio.