En el siglo XX se hizo costumbre que los Reyes Magos trajeran juguetes a los niños que se portan bien, razón por la cual cientos de ellos acostumbran hacer la famosa cartita que es enviada al cielo en un globo.

Es así que en vísperas de la festividad el cielo de nuestra capital hidalguense se llena de esféricos multicolores que se elevan por los aires, unas veces provenientes de viviendas, otras de escuelas o parques. Otros pequeños suelen ir acompañados de sus padres al correo para depositar en el buzón sus peticiones. Y los hay más audaces, que con la modernidad piden sus juguetes por internet.

La noche del día 05 los niños deben dormir temprano y profundamente para que lleguen los Reyes a casita, de lo contrario, “el pedimento se puede tardar o incluso cebar”. Algunos padres entusiasmados apoyan para que los chicos dejen galletas, agua o leche para los cansados Reyes que trajinan a lo largo de la noche para llevar los regalos a todos los hogares.

Es así que por las calles, avenidas y callejones de los diversos municipios que conforman el Estado de Hidalgo, andan caminando o subidos en transportes públicos muchos ayudantes de los reyes magos cargando juguetes; desde los elaborados tradicionalmente que poco se ven en la actualidad, hasta los de moda que se observan en los anuncios publicitarios.
Otra tradición para recordar en la capital es tomarse la foto con los Reyes, lo cual se acostumbra hacer en la plaza de la independencia (en el Reloj) y algunas veces en la explanada de la Plaza Juárez. Aunque si se quiere se puede ir a los centros comerciales, pues es allí donde los Reyes traen atuendos elegantes y la tez remite a la procedencia de cada uno de ellos.

Esta tradición es de convivencia y sano esparcimiento entre padres, abuelos y nietos. Aquellos que guardan la costumbre de ir al centro, además de preservar un recuerdo fotográfico pueden saborear un antojito en los puestos cercanos de comida; o tal vez vayan a comer churros con chocolate en los “churros López”.

Para fortuna de chicos y grandes ha existido una tradición especial, singular y mágica a la vez en nuestro estado; el recorrido que año tras año realizan los reyes magos en un desfile de multicolores, personajes y alegría.Todo surgió gracias a Francisco Díaz Loredo, propietario de un conocido restaurante de estilo español en el centro de la capital hidalguense en 1945.

Él y su familia, originarios de Asturias en España, y en una charla con el gobernador del estado de aquel entonces propusieron que se realizara una cabalgata de Día de Reyes como la que se realizaba en dicha región asturiana.

La idea fue recibida con gran regocijo y comenzaron a organizar el desfile. Curiosamente en aquella época se encontraba un circo en la ciudad y de ahí tomaron prestados un caballo, un camello y un elefante. Los primeros Reyes Magos fueron personificados por José Arriaga Manzano, Carlos Rojas Vigueras y Guillermo Islas Vásquez, quienes viajaron a la Ciudad de México para conseguir los disfraces.

La primera Cabalgata de Reyes de Pachuca se realizó el 05 de enero de 1945. El recorrido con animales vivos inició en el antiguo Lienzo Charro Nicolás Romero (hoy plaza bella), avanzando por avenida Juárez, la calle Matamoros, plaza Independencia, y las calles Juan C. Doria y Guerrero.

La caravana tuvo tanto éxito que se repitió año tras año, convirtiéndose en toda una tradición entre los pachuqueños, que fue interrumpida recientemente con la contingencia por causas de fuerza mayor, pero con ansias de volver a mirarla en cuanto cesara un poco el confinamiento.

Llegó este 2023 y para sorpresa una mala noticia, por cuestiones de “austeridad republicana” no se llevaría a cabo esta memorable tradición. Sin embargo, el espíritu festivo impero y la cabalgata fue retomada gracias a los comerciantes del centro de Pachuca, que se organizaron en un corto tiempo para regresar esta alegría e ilusión a niñas y niños de la capital hidalguense.

Ojalá se tome en cuenta que ésta y otras tradiciones han perdurado entre los hidalguenses y son, por tanto, importantes e incluso imprescindibles. Vivamos la austeridad, pero… no acosta de la poca felicidad, paz y armonía que la ciudadanía hidalguense tiene con sus tradiciones.

Ya de por si se aproxima un cambio de placas vehiculares que a todos nos ponen a temblar y ha olvidar la poca felicidad obtenida en estas pasadas fiestas decembrinas por los gastos múltiples que se tienen en casa y evidentemente no se tenía en la agenda este refrendo vehicular.
¿Tú lo crees?… Sí, yo también.