Por: Alejandro Moreno

La confluencia de malas y graves decisiones gubernamentales, presión inflacionaria, falta de inversión, inseguridad y alteraciones climáticas están provocando que la escasez y alto precio de alimentos en México golpee inmisericordemente a la población. Y todo indica que aún no tocamos fondo.

A pesar de que el grupo en el poder asevera que cada semana monitorea la situación económica, la realidad contradice esa pretensión y ante la falta de acciones gubernamentales arroja saldos muy negativos.

La tendencia inflacionaria alcista que se evidenció desde las primeras semanas de enero no se contuvo, sino que se potenció, evidenciándose no solo en el incremento de la inflación anual a 7.91%, sino sobre todo en el incremento exponencial de dos dígitos en el precio de alimentos básicos para el pueblo, como lo es el huevo, principal fuente de proteína para una nación que es su principal consumidora a nivel internacional. El consumo per cápita es de 24 kilos anuales, lo que implica que diariamente se consumen 156 millones de huevos.

Los focos rojos no los vio el gobierno de Morena, centrando su miope visión en destruir la democracia en México, mientras el pueblo sufre hambre.

El maíz ha tenido un incremento de 16% y la prejuiciosa actitud del gobierno de Morena hará que siga subiendo durante los siguientes días, al haber prohibido la importación de maíz amarillo para consumo humano, abriendo un frente más de batalla y presión con nuestro principal socio comercial.

El índice inflacionario para productores se ubica en 9.82%, es decir, muy por arriba de la inflación general, lo cual provoca que, por un lado, los productores absorban gran parte de los incrementos, pero también que el consumidor adquiera alimentos en promedio 14% más caros.

Esto ha calado hondo entre los más pobres, pues se estima que a 4 de cada 10 mexicanos no les alcanza para adquirir los alimentos necesarios para su alimentación, obligándolos a sacrificar comidas y a adquirir otros productos más baratos, pero menos nutritivos.

El grupo en el poder se contenta con decir que el indicador oportuno del consumo privado creció 2.9% en enero, pretendiendo ignorar que es el más bajo en 21 meses y que si hay crecimiento no es gracias al gobierno, sino a las remesas y a que las familias mexicanas se están endeudando para poder comer.

Es urgente que el gobierno mexicano asuma su responsabilidad y reconozca que no ha hecho nada para ayudar al pueblo, sino al contrario, le aumenta la luz, los peajes en autopistas y genera desempleo.

Con Morena, la cuesta de enero se ha convertido en la cuesta de lo que resta del sexenio, pues literalmente no hay luz al final del túnel.

El consumo privado en México representa 46% de la demanda total de la economía, por lo que fortalecer el mercado interno es una prioridad.

Las cosas empeorarán a menos que haya un esfuerzo real y sostenido para atender la crisis alimentaria que ya padecemos.

*Presidente Nacional del PRI