El secuestro de cuatro ciudadanos estadunidenses este fin de semana en Matamoros, en el fronterizo estado de Tamaulipas, amenaza a una actividad económica que se encuentra aún en etapa de despegue: el turismo médico.

Al mismo tiempo, se suma a las situaciones de conflicto que se acumulan en la relación Estados Unidos-México, y cuyo pronóstico es que el tono ríspido aumente desde ambos lados de la frontera, pues coinciden con las campañas electorales presidenciales y legislativas en ambos países.

La fuente de la cual podrían provenir los conflictos es doble. Por una parte los temas en específico, como el sector energético, el maíz transgénico, las quejas en materia laboral, migración, la cooperación contra los grupos de narcotráfico, por citar los ejemplos más destacados.

Y por la otra la propaganda electoral. En la política estadunidense golpear a México, justificadamente o no, es una práctica para tratar de restar votos al contrincante. El expresidente Donald Trump la usó desde su campaña electoral y la empleó en su gestión en otras ocasiones.

Ahora que la candidatura presidencial del Partido Republicano no ha sido de manera automática para Trump, sino le han salido competidores, podría darse el triste escenario de que México fuera cuestionado por los aspirantes a esa nominación, para mostrar que se es el más decidido a terminar con los males, que a su juicio, van de nuestro país al suyo. Y luego seguir la misma ruta durante la campaña presidencial.

La mala noticia es que del lado del Partido Demócrata esa táctica comienza a ser imitada, aunque no parece que lo sea con la intensidad de los republicanos.

Del lado mexicano los temas binacionales también podrían ser retomados para mostrar que el contrincante electoral no es lo suficientemente patriota o defensor de la soberanía nacional, o bien que no se ha mejorado lo suficiente la relación con Washington, todo lo cual generaría un ensordecedor ruido que lastimaría en mucho la relación binacional.

Por lo pronto el turismo médico de la frontera norte mexicana ha recibido al menos mala publicidad, no por su calidad o precios, sino porque una paciente de un procedimiento quirúrgico estético, y madre de seis hijos, junto con tres acompañantes, fueron secuestrados el pasado sábado 4 en Matamoros y este martes 7, reportados como encontrados. La mujer y uno más a salvo, pero dos muertos.

De manera sorprendente el turismo médico es más importante de lo que podría pensarse.

El blog del Banco Mexicano de Comercio Exterior (Bancomext) refiere que la Secretaría de Salud estimaba en 2017, que poco más de 1.7 millones de los 40 millones de turistas extranjeros que viajaron a México ese año, casi cinco por ciento, podrían haber tenido motivos relacionados con la salud. (https://cutt.ly/38GQRof ).

Otro dato en la misma publicación señala que 70 por ciento de quienes vienen a nuestro país por razones de salud, son de Estados Unidos, con perspectivas de que su número crezca, porque la generación de “baby boomers” estadunidenses está comenzando a cumplir 70 años de edad, y necesita cirugías estéticas, tratamientos bariátricos y oftalmológicos.

Lo que alimenta el turismo médico a nivel mundial, es que el sistema de salud de Estados Unidos es el más caro del mundo, con un importante segmento de sus habitantes sin seguro médico, lo que les hace buscar opciones médicas accesibles, sin importar el lugar.

La perspectiva del turismo médico antes de la pandemia, pero de seguro también ahora que comenzó la recuperación, era tal que Bancomext se refería a su programa “Mejora tu hotel”, para que los centros de hospedaje mexicanos hicieran adecuaciones para este nuevo filón turístico. Ahora ese filón está en riesgo.