Diez minutos después de las 15:00 horas, con un clima que oscilaba entre soleado y nublado, Jesús (Rubén Tolentino) dio su último suspiro al ser crucificado. A su derecha Dimas (Fernando Rodríguez) pidió un lugar en el reino de los cielos y a la izquierda Gestas (Fernando Lozada) le ordenó que lo salvara si realmente era el rey de los judíos.

«En tus manos encomiendo mi espíritu, señor», fue la frase con la que concluyó su vida mientras al pie de la cruz se encontraba la virgen María (Karina Pérez), sus apóstoles, gente de pueblo, decenas de soldados y miles de personas.

A las 11:00 horas comenzó el calvario de Jesús ante su visita a Poncio Pilatos (Víctor Rebollar), quien lo mandó con Herodes (Pedro Corona), personaje que ordenó le dieran 40 azotes.

Pilatos «se lavó las manos» ante los visitantes que llegaron desde temprana hora para ocupar un lugar en las escalinatas del barrio.

Con la tradición de la Pascua de soltar a un reo, los soldados exigieron la liberación de Barrabás (Ricardo Sánchez) por encima de la del nazareno, quien comenzó su trayecto rumbo al cerro mientras el asesino corría de felicidad aunque iba sangrando por el quiebre de una olla en su cabeza.

Tres horas de golpes y el intenso calor hicieron que los personaje caminaran más lento y algunos turnaran la batuta de su personaje, como Fernando Rodríguez, quien interpretó a Dimas y recibió ayuda de su padre.

Al principio de cada estación se escuchaba el padre nuestro y algunos cánticos que a lo largo del recorrido fueron desapareciendo.

Al frente guiaron dos angelitos, y Judas Iscariote (Edwin López) carcomido por la culpa era echado constantemente el camino a punta de flagelos; incluso recibió uno en el ojo.
¡Vamos, qué camine! ¡Vamos, qué cargue su cruz! ¿Qué ya no puedes soldado?, ¡Quítame a esa gente del camino!, fueron las frases que los soldados gritaron a coro en cada escena donde se mofaban del hijo de Dios y donde pedían a la población hacerse a un lado para evitar incidentes.

En el trayecto al cerro se realizaron varias trifulcas entre apóstoles y soldados, el acercamiento de la virgen María, Verónica, limpiando el rostro de Jesús, el acercamiento del señor del agua y el ahorcamiento de Judas.

Todo envuelto en un ambiente de venta donde ofrecían desde chicharrones preparados hasta comida y diversas bebidas.

En el cerro concluyó la representación 44 del barrio de Las Lajas, entre aplausos. Mientras llevaban el cuerpo de Jesús a una cueva para que el público se acercara para verlo.