Por Alfonso Padilla Vivanco
En la antigua mitología griega existe la leyenda en la que el dios Zeus enamora a la mortal y bella Calisto, quien pertenecía al cortejo de Artemisa (diosa de la caza). Calisto y Zeus tuvieron un hijo llamado Arcas. Hera, quien estaba celosa, convirtió a Calisto en un oso y un día, durante una cacería en un bosque, Arcas estuvo a punto de cazar a Calisto, sin saber que el oso era su madre. Zeus, asustado rescató, a Calisto, colocándola a ella y a su hijo, a quien también convirtió en un oso; juntos en el cielo. Calisto es la constelación de la Osa Mayor y Arcas es la constelación de la Osa Menor. La Osa Mayor o Ursa Maior, es una constelación grande y prominente en el cielo del norte. Se conoce también como el Carro Mayor, el Arado o el Cazo. Esta constelación se encuentra en una noche oscura, preferentemente sin lluvia, mirando la bóveda celeste en dirección hacia el norte.
Siete estrellas forman el conocido patrón de la Osa Mayor que, sin embargo, representan solo una pequeña parte de la región completa del total de estrellas que contienen los límites de esta constelación. Los nombres de estas siete emblemáticas estrellas, viendo el mango del cazo, de izquierda a derecha son Alkaid (η), Mizar (ζ), Alioth (ε), Megrez (δ), Phekda (γ), Merak (β) y Dubhe (α). La línea de las dos estrellas del cuerpo del cazo, α y β, apunta a la estrella del Polo Norte, conocida también como Estrella Polar o Polaris (esta estrella es parte de la osa menor). Así mismo, cada una de las estrellas que componen el patrón del Arado contiene interesantes objetos astronómicos. Por ejemplo, en la vecindad de la estrella Merak, se encuentra el objeto Messier 97 o M97, clasificado también como NGC 3587, objeto igualmente conocido como nebulosa del Búho. Esta tenue nebulosa planetaria debajo del carro mayor recibió su nombre porque al ser vista con telescopio, aparece como dos grandes ojos oscuros similares a los de un búho. Sin embargo, solo son visibles con telescopios de grandes dimensiones o en imágenes registradas con tiempos largos de exposición y usando tecnología de cámaras muy sensibles de CCD (Charge-couple Device).
Mizar, la segunda estrella del timón, posee al compañero oscuro Alkor, que se puede ver a simple vista o fácilmente con binoculares. Un pequeño telescopio muestra que Mizar tiene un compañero cercano de cuarta magnitud de brillantez. En la zona sur de la constelación existe la estrella doble XI Ursae Majoris (ξ) o Alula Australis, que sólo puede ser resuelta por un telescopio con una apertura de 75 mm, cuando menos. Los dos estrellas componentes son de magnitud 4 y 5 y forman una estrella doble físicamente. Su período orbital relativamente corto es de unos 60 años.
Dentro de la región que contempla la constelación de la Osa Mayor, en la parte cercana a la frontera norte con la constelación Camelopardalis (la girafa), se encuentran las galaxias M81 o galaxia de Bode y M82. Se han calculado que M81 está a 12 millones de años luz, esta galaxia es nuestra vecina. M81 tiene forma de espiral y puede ser vista con binoculares o mejor aún si se usa un telescopio, de al menos 25 centímetros de diámetro en su espejo primario. M81 es una galaxia que se cree podría ser muy similar a la Vía Láctea. La imagen de M81 es un tanto como ver la Vía Láctea desde fuera. La galaxia M82 tiene también forma espiral y está igualmente cercana a la galaxia de la Tierra. Se cree que se están formando nuevas estrellas en M82, esto después de haber chocado con M81 hace unos 300 millones de años. Otro objeto de gran interés es M 101, esta es una galaxia espiral muy extendida y es visible a través de telescopios de diámetro pequeño (10 centímetros) siempre y cuando el cielo esté lo suficientemente oscuro. M101 está a 16 millones de años luz, es una de las galaxias espirales más cercanas a nuestra propia galaxia.
Con el lanzamiento del James Webb Space Telescope, muchos de estos espectaculares objetos astronómicos ya han sido fotografiados, por las cámaras de alta tecnología del sistema de instrumentos que fueron incorporados al James Webb. Hoy día, la cantidad de información que este telescopio ha mandado a La Tierra, es tan abundante, que literalmente tardara el ser humano, décadas en poder procesar el volumen de datos que ha llegado. Un página interesante para poder visualizar algunas de las imágenes enviadas por el James Webb, es la que tiene el Goddard Space Flight Center (https://webb.nasa.gov/)
Universidad Politécnica de Tulancingo.
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