Los ciudadanos de Chile eligieron como presidente en diciembre de 2021 al abogado Gabriel Boric, de entonces 36 años de edad, exdirigente estudiantil y líder de izquierda, quien guio el proceso para la creación de la Constitución pasra sustituir a la promulgada en la época de la dictadura. Pero el pasado septiembre la rechazaron de manera clara con 62 por ciento de los votos, y ahora el anterior siete de mayo, eligieron a nuevos redactores de la siguiente versión de esa futura Carta Magna, pero con dominio también claro de la derecha.
Y la pregunta obligada es ¿qué pasa?
Recordemos que en los años finales del ahora expresidente Sebastián Piñera, el aumento a las tarifas del transporte público activó protestas mal enfrentadas desde la parte oficial. Ese incremento pero también el malestar por otro tipo de alzas y la decepción generada por los montos dados por el sistema de pensiones instaurado en la época de la dictadura -modelo regional y al cual sigue en muchos rasgos el mexicano- destapó el profundo descontento social que llevó a la elección de Boric con casi 56 por ciento de los sufragios, a la primera selección de redactores constitucionales y al inicio del proceso de una nueva carta magna.
La elaboración de la nueva constitución chilena parecía formar parte del viraje regional hacia la izquierda, y también, del rechazo a los políticos tradicionales, como lo muestra que de 155 constituyentes, 103 eran ajenos a la vida política habitual (https://nuso.org/articulo/301-rechazo-constitucion-chilena/)
Por ello fue una sorpresa el tajante rechazo al primer borrador de la nueva constitución, y otra gran sorpresa ha sido la elección del nuevo grupo de redactores, ahora del segundo borrador constitucional, pero con apabullante mayoría de la derecha.
El futuro máximo texto legal de Chile estará por completo en manos de la derecha, como la rechazada versión anterior lo estuvo en las de independientes y afines a la izquierda. Un vuelco.
La derecha estará representada por el Partido Republicano y Chile Seguro, que en conjunto tienen 34 redactores o consejeros de los 51 encargados de la tarea, mientras la Coalición de Izquierda suma 17, y quedaron fuera Todos por Chile, considerado de centro izquierda, y también el Partido de la Gente, de tendencia centro derechista y populista.
Tanto Boric, de la Coalición de Izquierda, como Antonio Kast, que lo enfrentó pues también buscó la presidencia en 2021 postulado por el Partido Republicano, coinciden en que los asuntos de seguridad e inmigración se encuentran en el fondo del viraje electoral ciudadano, pero sus fórmulas de resolución, y en consecuencia sus propuestas constitucionales, son diferentes.
Baste señalar que los republicanos no ven la necesidad de reemplazar la Constitución promulgada por Augusto Pinochet en 1980, y se teme que influyan para mantener el actual texto, además de que le agregue postuladospara consolidar en lugar de cambiar la actual arquitectura constitucional chilena.
Los resultados electorales lanzan una alerta regional. Para la mayoría de chilenos su país vive en un pico de inseguridad, y muchos estiman que se debe a la inmigración, en particular proveniente de Bolivia y Venezuela. Se trata de percepciones, pues los hechos a la luz de las estadísticas no respaldan esa visión, la cual convierte a los migrantes en enemigos de la misma manera que se les ve en Estados Unidos, y muchas veces en aquellas zonas de cualquier lugar del mundo a donde llegan.
Para el próximo 17 de diciembre deberá estar lista la nueva redacción constitucional, pues para esa fecha se encuentra programado el referéndum en el cual los chilenos aceptarán o rechazarán la nueva versión, y quizá veamos algunas sorpresas.
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