Por: Lic. Fabiola Felicitas Tapia Cabrera

La paz es un derecho intrínseco de la persona, que engloba todos los derechos fundamentales, inalienable, inherente a todo ser humano, es un derecho individual y colectivo, sin exclusión ni discriminación, que deberá entenderse no solo como la ausencia de violencia sino también en un sentido positivo como expresión de justicia y de solidaridad, sin el cual el resto de las prerrogativas humanas carecen de la posibilidad de realizarse; así ha sido reconocido por organismos internacionales a través de diferentes declaraciones y resoluciones.

La paz es una forma de vida que se sustenta en el respeto por la dignidad humana, los derechos fundamentales y la práctica de valores éticos y morales.

Es una vía de esfuerzo en conjunto, de mucha persistencia y compromiso; desde el lugar donde estamos y desde la medida de nuestras posibilidades, todos podemos contribuir a participar en el desarrollo económico, social, cultural y políticos en el que puedan realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fundamentales; pero en especial, en aquellas personas que están al frente de una institución, que en muchos casos generan cambios, como lo son las autoridades gubernamentales, sin pasar por alto la importancia que representa la promoción, respeto, protección y defensa a la realización de los derechos humanos, a fin de transformar la realidad que se vive en múltiples lugares.

La paz con las personas que nos rodean, con la sociedad, se obtiene cuando asumimos el papel de actores dentro del proceso de formar una sociedad capaz de respetar las diferentes formas de pensar que caracterizan a los seres humanos, fortaleciendo el diálogo y la comunicación entre iguales con puntos de vista diferentes, educando por y para la paz, generando una cultura de conocimiento y respecto de los derechos humanos y el combate a la discriminación.

La democracia es el sistema político que nos garantiza la convivencia pacífica para que los Derechos Humanos sean respetados. Quizás en la actualidad este sistema no es perfecto y tiene muchos desatinos, pero aun así es la única forma de gobierno que le permita al pueblo participar en la toma de decisiones y reconoce el derecho de elegir, el respeto de la dignidad humana y los derechos universales.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, la paz es un elemento esencial para la realización de los derechos humanos, incluido el derecho al desarrollo, así como para alcanzar la existencia acorde con la dignidad humana en un marco democrático, pacífico y justo. De igual forma en la Resolución 39/11 del 12 de noviembre de 1984, en la “Declaración sobre el Derecho de los Pueblos a la Paz”, proclama solemnemente que los pueblos de nuestro planeta tienen el derecho sagrado a la paz.

No hay paz si no se respetan los Derechos Humanos de la ciudadanía. Y para vivir en una sociedad donde se respeten los derechos fundamentales, es necesario que las personas sean respetuosas por la dignidad humana.

*Lic. Fabiola Felicitas Tapia Cabrera
Titular de la Visitaduría Regional de Tepejí del Río.