Con la suma del exvicepresidente estadounidense Mike Pence a la búsqueda de la candidatura del Partido Republicano por la presidencia de Estados Unidos en los comicios de noviembre de 2024, se agregó también otro problema a los que ya enfrenta Joe Biden, actual mandatario, para conseguir su reelección.

Y si bien esto es interesante y nos importa por la vecindad con Estados Unidos, el hecho es que la migración y la violencia en México, son ya temas de campaña en el país vecino y lo seguirán siendo, por lo que ese proceso se vuelve un tema de primer orden para nuestro país.

Pence presentó el pasado lunes cuatro la documentación para acreditar su interés por la candidatura presidencial, concretando una situación que se esperaba y que para la política estadunidense es inédito, pues un expresidente y quien fue su vicepresidente, es decir, Donald Trump y Pence, de binomio coordinado pasen a enfrentarse.

Ese enfrentamiento será más que el de la rivalidad por la candidatura presidencial republicana, pues debe recordarse que Trump ha insistido en que su ex número dos debía haber anulado los comicios de noviembre de 2020, mientras éste ha señalado que si bien presidía el Senado estadunidense, no tenía esa atribución.

Ese rechazo de quien fue también gobernador del centro-oriente estado de Indiana, fue pieza esencial para que Trump fracasara en retener el poder que había perdido en las urnas, y aunque se ha abstenido realizar una ofensiva contra el exmandatario, Pence ha dejado en claro su distancia de quien se dijo y sigue diciendo víctima de un fraude electoral del cual no ha presentado pruebas.

Esto, se dirá, dificulta las aspiraciones de regresar a la Casa Blanca del también empresario y, en consecuencia, anima las posibilidades de reelección de Biden, quien ya confirmó su interés en seguir al frente del gobierno estadunidense para “terminar el trabajo”.

Sin embargo, el anuncio de Pence amplía la lista de aspirantes republicanos y aumenta la impresión de que la candidatura de Biden es en realidad débil y con puntajes a la baja.

Los republicanos cuentan para elegir como su candidato a principios del próximo año, al actual gobernador de Florida, Ron de Santis, muy atacado por Trump pero sin echarse para atrás a pesar de esos ataques, y hasta el anuncio de Pence, el principal opositor republicano al exmandatario.

Se añaden Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y a quien Trump designó embajadora ante Naciones Unidas, donde siguió al pie de la letra el evangelio trumpista. Se vende como carta de renovación generacional por sus 51 años, todo un contraste con los 76 años de Trump y los 80 de Biden, que a fines de este 2024 llegará a los 81.

Trump, De Santis, Pence y Haley forman un cuarteto al que por ahora se suman otros siete aspirantes que están por confirmar su participación, es decir, una decena de políticos que defienden los mismos valores que la mayoría estadunidense sigue no sin resistencia de varios grupos sociales: la religión (mayoritariamente evangelista), el rechazo al aborto, la distancia con la diversidad sexual y su repudio a la inmigración más que sin documentos, de origen pobre y poco calificada, sí, la misma que pasa por México y ya se ha atrevido a dar “portazo” para entrar a Estados Unidos.

Ante eso Biden parece solo contar con su manejo de la economía, tanto para contener la inflación como para evitar una recesión y alcanzar porcentajes de crecimiento, cartas que por su naturaleza pueden volteársele en cualquier momento.

De salida: ¿Qué tan probable es que la llegada de un nuevo secretario de Relaciones Exteriores traiga a un hombre o mujer recalcitrante con las banderas del morenismo?

j_esqueda8@hotmail.com