Por:

Abril Hernández Guerrero*
Dra. J. Patricia Muñoz Chávez**

En la actualidad existen diversos trastornos que influyen en el desarrollo social y emocional de las personas que los padecen. Uno de ellos es el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), el cual se ha determinado que se trata de una dismorfología, disfunción y baja conectividad de redes neuronales del cerebro que afecta la parte cognitiva, como la inhibición, falta de atención y percepción del tiempo. Además, retrasa la madurez cerebral e incluso esta puede no llegar a completarse.

A menudo, el TDHA se asocia con niños, adolescentes y jóvenes debido a las conductas biológicas naturales que el cuerpo humano experimenta durante esas etapas. Sin embargo, el National Comorbility Survey Replication estima que más del 4 por ciento de la población adulta cumple con los criterios para el Déficit de Atención.

En la actualidad, debido a la carga emocional que representó la pandemia, para muchas empresas es casi un requisito trabajar bajo presión y actuar de manera rápida y eficiente. Sin embargo, para las personas con TDAH esta dinámica de trabajo y complejidad organizacional en muchos casos les dificulta la permanencia en sus puestos de trabajo.

Las organizaciones establecen lineamientos, políticas y estándares que deben cumplirse, pero, que para las personas con TDAH son difíciles de seguir al pie de la letra. Por ejemplo, cumplir con el horario de trabajo, prestar atención a las instrucciones y controlar las emociones. Al respecto, en las últimas décadas han surgido propuestas en el entorno de trabajo que coadyuven a la mejora de la calidad de vida del trabajador con este trastorno, tal es el caso de Cornel University en el 2001 y Adamou en el 2013 que sugirieron hacer ciertos cambios en el lugar de trabajo, como uso de audífonos, disminuir los factores de distracción, brindar una oficina privada, asignar un supervisor que los monitoree constantemente y ayudarlos a fijar metas alcanzables a corto plazo.

A pesar de estas propuestas, a menudo el mundo laboral no es empático con las personas que sufren este tipo de trastornos, ya que buscan ser lo más eficientes posible. No obstante, existen opciones de trabajo de forma independiente para los adultos con TDAH, ya que son muy creativos. Algunas opciones son escritor, diseñador gráfico y fotógrafo, en los cuales se puede trabajar por cuenta propia y les permita desarrollar al máximo su potencial creativo.

Finalmente, es evidente que, a pesar de los avances logrados en la inclusión de sectores vulnerables en nuestra sociedad, las personas con TDAH todavía se enfrentan a barreras laborales significativas. Es crucial que los tomadores de decisiones y los responsables de formular políticas públicas tomen conciencia de esta realidad y promuevan la inclusión de las personas con TDAH. Solo a través de un enfoque inclusivo y empático podremos garantizar que todos los individuos tengan igualdad de oportunidades para desarrollar su potencial y contribuir de manera significativa a la fuerza laboral.

*Estudiante de Desarrollo de Negocios de la UTVAM
**Investigadora de la UTVAM