El PRI no es un partido político, es una forma de vida
Carlos Castillo Peraza
Abogado y político panista hasta 1998
…el cardinalmente indefinible Partido Revolucionario Institucional
Enrique Krauze
Historiador e intelectual mexicano conservador
Llega el momento de aterrizar en la patria. Decía Octavio Paz que no se podía hablar de la historia de México soslayando al PRI. Hoy el PRI está destronado y al borde de la extinción. Antes era casi una religión y hoy casi nadie cree en él. MORENA ha venido a ocupar su lugar en la confianza del pueblo, pero MORENA tampoco es un partido político, sino un movimiento hecho partido. Es un partido de izquierda pero al mismo tiempo cardinalmente indefinible dentro de la propia izquierda, o bien de lo que creemos que es la izquierda.
El valor central de la política es el poder, y el poder es a la política como el valor ideal de justicia es al derecho, el de la belleza al arte o el de la verdad a la ciencia. El poder es real pero es también, como lo es la propia democracia, un ideal límite. Hobbes nos recuerda que “el poder de un hombre consiste en los medios para obtener determinada ventaja futura”, y Bobbio habla del poder como una relación entre hombres.
Tal como se ha afirmado que actualmente México vive las cuatro -o cinco- revoluciones industriales de manera simultanea en el siglo XXI, el siglo XIX mexicano vivió paralelamente las reminiscencias del oscurantismo medieval español y de la iglesia católica inquisitorial, la ilustración francesa y el legado del pensamiento liberal y, ya entrado el siglo XX, la influencia de las ideas socialistas a la par del crecimiento y consolidación del imperialismo capitalista de los Estados Unidos de América. Esto permitió el desarrollo de una cierta línea de tiempo de la filosofía política y el pensamiento ideológico en el México independiente, no obstante, cuando al connotado historiador Lorenzo Meyer le preguntaron que para él cual era la línea de ideología política que había permeado y que operaba actualmente en el México actual, sin dudarlo sorprendió al interlocutor -quien esperaba una respuesta al estilo de Don Jesús Reyes Heroles, hablando sobre el liberalismo social- y simplemente respondió: el pragmatismo.
El PRI fue tan resistente y adaptable como un tardígrado viviendo en pleno espacio exterior. Tuvo una versión revolucionaria, liberal y social, después una cardenista de tintes ligeramente socialistas y de izquierda, luego una etapa posguerra de íntima alineación a las políticas del gobierno de Washington, la institucionalización de la corrupción a partir de Miguel Alemán -lo dicen los libros-, y finalmente una última etapa de derechización del partido inaugurada con el inicio de la era neoliberal, que para algunos analistas inicia con Echeverría y para otros con Miguel de la Madrid, teniendo su punto más álgido con las privatizaciones de Carlos Salinas y la crisis nacional de 1994.
Actualmente México vive una nueva época que se ha denominado ideológicamente Cuarta Transformación y que si bien no se encuentra exenta de oposición política e ideológica, esta se encuentra muy debilitada. De los partidos que hoy se ubican al lado derecho del parlamento, los derechizados PRI y PRD se hallan en una crisis mucho más grave que la que tiene el partido tradicional de la derecha mexicana, el PAN, que al menos tiene aun la gubernatura de 5 entidades federativas (2023) de 32 que tiene la república mexicana, mientras que el PRI tiene aun 2, el PRD ninguna, y el extraño y hoy también cardinalmente indefinible Movimiento Ciudadano 2.
MORENA como nuevo partido hegemónico encabeza hoy la llamada Cuarta Transformación de la vida pública del país y esta ha sido definida por Lorenzo Meyer como “un esfuerzo hecho desde el gobierno federal (y algunos estatales) por clausurar algunos de los vasos comunicantes entre el poder económico y el político para intentar aminorar la tendencia (mundial) a la concentración de la riqueza”.
Continúa…