Por Juan Canales Espinoza*
Muchas personas pueden interpretar que tener salud es simplemente estar ausentes de alguna enfermedad sin embargo, no es así, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como un estado completo de bienestar físico, mental y social. En México dicho derecho se encuentra consagrado en el artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, mismo que establece que toda persona tiene derecho a la protección de la salud y así como los otros derechos humanos, éste debe ser universal, es decir que es para todas las personas, sin discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.
Además, es importante señalar que ese estado completo de bienestar físico y mental se puede conseguir satisfaciendo todos los derechos humanos, al ser estos interdependientes e indivisibles. Por lo que en ese sentido las autoridades en el ámbito de su competencia están obligadas a promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, tal como también lo estipula el artículo 1 de la citada Constitución Política. Al respecto, si bien es sustancial que nosotros como personas conozcamos que debemos gozar del derecho a la salud, también lo es que tenemos la obligación de acudir de manera oportuna a los centros hospitalarios y de salud, para recibir el tratamiento necesario, lugares donde además se promoverá nuestro bienestar físico y una alimentación adecuada, con la finalidad de tratar de prevenir enfermedades que causen daños en la salud de las personas.
El derecho a la salud es primordial en cualquier país, estado o sociedad del mundo y muestra de ello es la emergencia sanitaria que vivimos por más de tres años y que sin lugar a duda este derecho jugó un rol muy importante para todas las personas y que gracias al acceso universal a la vacuna contra el COVID-19, a la fecha se ha logrado salvar muchas vidas: sin embargo, se debe continuar trabajando para proteger y garantizar de forma efectiva el derecho a la salud de todas las personas, como un derecho humano.
Por último, en este espacio me gustaría hacer una invitación a las personas que tengan la oportunidad de leer el presente artículo a que investiguen más acerca de éste y muchos más derechos humanos que tienen y que en ocasiones podemos llegar a desconocer, para ello pueden acercarse a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo donde con gusto personal capacitado les brindará información al respecto.
*Titular de la Visitaduría Adjunta Regional de Tulancingo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo