Las canteras de Cemex son fuente de materia prima para la industria de la construcción y, además, en cuatro lugares de ese tipo ha sido posible generar proyectos sostenibles que impactan de manera positiva a comunidades de Yucatán y Jalisco.
Se trata de proyectos dirigidos a apoyar la conservación de la biodiversidad, lo que les ha permitido recibir el certificado Wildlife Habitat Council (WHC), debido al impacto ambiental que generan en la región.
Las canteras Xtepen y Caliza II, localizadas muy cerca de Cemex Planta Mérida, se han convertido en un elemento de ayuda para salvaguardar los ecosistemas gracias a un proyecto de sensibilización y capacitación, además de la creación de un segundo jardín polinizador.
En el marco del Programa de Restauración Ambiental Comunitaria (PRAC), en la primera iniciativa jóvenes yucatecos recibieron pláticas en aulas sobre cómo conservar la vida silvestre y pusieron en práctica lo aprendido mediante planes de acción en espacios ajardinados.
Gracias a los jardines polinizadores, las y los participantes desarrollaron espacios que brindan información acerca de las especies nativas y el proceso de polinización.
En ellos, muchas especies de insectos polinizadores encuentran alimento y hábitat, además de ofrecer un equilibrio del ecosistema.
Otro aspecto a destacar es que mediante el desarrollo y aplicación de la metodología implementada por los promotores ambientales del PRAC se puede realizar un Diagnóstico Ambiental Comunitario (DAC) que sirve como herramienta para detectar problemáticas socioambientales y atenderlas implementando una estrategia de educación y concientización ambiental.
En tanto, en Zapotiltic, Jalisco, no fue la excepción. Las canteras de Zoromutera y Palos Colorados también causaron un gran impacto a la comunidad debido a la buena gestión y conservación de los hábitats.
La reforestación de parques, jardines y calles de las comunidades con especies nativas fueron las acciones más importantes implementadas mediante el PRAC.
En su calidad de promotores ambientales, niños, niñas, adolescentes y jóvenes pusieron manos a la obra tras recibir capacitaciones que les brindaron conocimientos del hábitat local y principios de la ecología.
También llevaron a cabo entrevistas virtuales a expertos en el ámbito ambiental, con el fin de conocer sus experiencias y conocimientos en investigación y educación ambiental.
Igualmente se crearon espacios polinizadores con el objetivo de proporcionar información de las especies nativas de ambas canteras de Jalisco.
En total, se registraron 44 especies de insectos polinizadores y la sobrevivencia de plantas sembradas en el jardín fue de 90 por ciento, pues se contó con la floración de todas las especies, la producción de semillas y reproducción de nuevos ejemplares.