El asunto Rubiales-Hermoso bien podría mostrar la pugna social que sigue viviendo España entre los valores representados por el franquismo y los de la sociedad de este siglo XXI.
Son conocidos los detalles de ese asunto que ha dejado casi en la oscuridad el triunfo de la selección española de futbol femenil en el mundial de este deporte, y que además ha opacado los méritos de la máxima goleadora de ese equipo, Jennifer Hermoso Fuentes, considerada una de las mejores jugadoras del mundo, desplazada por el protagonismo del titular del órgano responsable del balonpié ibero Luis Rubiales.

La pugna social en España encuadra el difícil reconocimiento que tiene la incursión femenina en un deporte que hace unos cuantos años, nadie dudaba que era solo de hombres, una situación mundial.

Desafortunadamente, en la opinión pública la discusión seria de ambos asuntos prácticamente nunca apareció, ante el tsunami de chismografía (cotilleo se diría en España) que despertó el “pico” del federativo a la jugadora.

Pero se trata de un tema de la máxima importancia social. Ya alguien lo comparó con el caso Weinstein, el productor estadunidense de cine declarado culpable de violación y acoso sexual en 2020, un proceso judicial iniciado unos tres años antes y que también inició el movimiento #MeToo, mediante el cual decenas si no es que cientos de mujeres se atrevieron a salir a la luz y denunciar que ellas también habían sufrido algún tipo de abuso sexual.

En España el caso Rubiales-Hermoso se da en el contexto de las negociaciones para formar nuevo gobierno tras los comicios de apenas el 23 de julio pasado, donde los partidos de derecha (Popular y Vox) sumaron el mayor número de votos pero no los suficientes para llegar sin mayores negociaciones a gobernar.

Los resultados de ese domingo fueron en realidad un revés para Vox, que defiende la unidad del país europeo con poco si no es que nulo reconocimiento a las Comunidades Autónomas, pide el control de la inmigración y asume que existe “una batalla ideológica contra el hombre”, batalla que “promueve situaciones injustas contra el hombre por el hecho de serlo”.

Existe más que eco de esas proclamas ideológicas de Vox en las palabras de Rubiales del pasado viernes 25 de agosto, cuando en lugar de renunciar a la dirección federativa, como se esperaba, se declaró presa de una “cacería” desatada en su contra, en la cual se le asesina socialmente, según dijo.

Y si todo quedara en la lucha ideológica podría verse como normal en el cambio social de un país donde numerosos grupos al parecer no quieren dejar el pasado, pero se da en el marco de las 38 víctimas mortales que España registraba de enero hasta julio pasado, de las cuales 22 no habían presentado denuncia, de acuerdo a epdata.es

La cifra de 38 muertes parecería menor ante las 12 muertes violentas diarias que reportó América Latina en 2021, de acuerdo a cifras del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, de la CEPAL.

Pero junto a la violencia abierta que lleva a la muerte, coexisten otros tipos de violencia, como la económico-financiera: para el Mundial Femenino de Australia y Nueva Zelanda donde Hermoso fue figura destacada de la selección española que resultó campeona, incluso la FIFA, órgano rector mundial de este deporte, demandó mayor equidad en el pago de los derechos de transmisión de los encuentros, pues se registraron ofertas que apenas representaban del uno al tres por ciento de la edición masculina.

Es, como se ve, un asunto que va mucho más allá de un ”pico», pues tiene que ver con el avance del reconocimiento y respeto a los derechos de las mujeres a nivel mundial, en un momento donde una significativa parte de la sociedad global, muestra cansancio de los avances logrados y quiere más que pausa, retroceso.

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