Un total de 177 plantas tratadoras de agua que hay en Hidalgo, que representan el 55 por ciento de las existentes, están sin operar por una mala planeación, reveló Juan Carlos Chávez González, director de la Comisión Estatal de Agua y Alcantarillado (CEAA).


De acuerdo con el funcionario, dichas unidades fueron construidas entre el 2005 y el 2008 con recursos estatales y federales, por “presiones internacionales” en cuanto a las acciones de saneamiento en los estados; pero, no se hizo un estudio adecuado para su operación, pues los costos eran muy elevados.


“Más que ser un beneficio para los municipios llegó a ser una carga”, dijo al precisar que el gasto de operación mensual oscila entre los 60 mil y los 120 mil pesos. Como ejemplo, compartió que en San Felipe Orizatlán hay más de 20 plantas de tratamiento, es decir, el funcionamiento de estas se “comería” el presupuesto del municipio.


“Esto fue una mala planeación, una mala decisión y una mala inversión. Hoy estamos tratando de revertir ese tema”, afirmó al adelantar que la CEAA y la Secretaría de Infraestructura Pública y Desarrollo Urbano Sostenible trabajan en un proyecto para echar a andar 12 de las 177 plantas sin funcionar; las cuales se sumarían a las 143 que sí operan.


Para dicho proyecto se solicitaron alrededor de 250 millones de pesos, que serán empleados en la rehabilitación o reingeniería de las unidades, ubicadas en las 12 regiones de la entidad.


Agregó que, la meta es rehabilitar el mayor número de las 177 plantas, a fin de aumentar el nivel de saneamiento de la entidad, que está al 19 por ciento; “queremos llegar al final del sexenio con un saneamiento de entre el 60 y el 70 por ciento”, concluyó.