Por: Dr. Jesús David Quiroz Jiménez
Cada 22 de octubre se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático y su objetivo es sensibilizar, concientizar y advertir sobre las consecuencias del cambio climático y los riesgos que éste provoca a toda la vida en el planeta. Si bien es un tema quizá desgastado, debería ser abordado no solo por la comunidad científica sino por la sociedad en general. Si el cambio climático es el mayor desafío de nuestro tiempo, entonces es necesario que la población esté enterada de sus efectos. Es así como me permito compartir información relevante y preocupante del estado del arte de este tema.
El cambio climático actual refiere a la alteración de las variables atmosféricas habituales de los lugares, debido a la emisión antropogénica de grandes concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI). Esto ha llevado al calentamiento generalizado del planeta y problemas asociados.
Para México, el Panel de Expertos en Cambio Climático (dependiente de la ONU) ha proyectado incrementos de varios grados en la temperatura promedio de las diferentes regiones del país. Así mismo, expone una disminución generalizada de la precipitación pluvial, mayor recurrencia de islas de calor y eventos meteorológicos extremos, así como el recrudecimiento de problemas sociales como migración y pobreza.
Si bien, la comunidad científica centra grandes esfuerzos en su estudio, la atención brindada por los tomadores de decisiones al cambio climático es menor, pues aunque las acciones de mitigación y adaptación deberían ser inmediatas, suponen cambios estructurales a los intereses nacionales. Un país con graves carencias económicas-sociales, no puede centrarse en asuntos “menos apremiantes”; sin embargo, los desarrollados (principales emisores de GEI) a menudo prefieren ignorar el problema, minimizando su responsabilidad en el cambio climático.
El compromiso de las naciones de disminuir radicalmente sus emisiones de gases de efecto invernadero a la brevedad ha sido insuficiente, y sus acciones implementadas parecen irrisorias para los tiempos venideros. Y es que los recursos que se debieron implementar hace décadas no son equivalentes a los que deberían implementarse ahora.
El cambio notorio en las variables climáticas de diferentes países, independientemente de su nivel de desarrollo, los problemas ambientales generados y sus repercusiones económico-sociales, indican que el tiempo se agota para hacer que el impacto sea menor o al menos predecible. Es necesario un cambio acelerado y como población consciente debemos exigir acciones contundentes más allá de las que como individuos podamos realizar. Nuestro actuar individual conlleva a cambios menores pero nuestra exigencia ante los tomadores de decisiones puede provocar cambios mayores.
*Profesor Investigador
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