Por:José Cortés Skewes
Cuando nos encontramos cerca o dentro de un espacio educativo, sin importar el nivel que sea, nos alegra escuchar esas voces y movimientos que dan vida a la institución, sin que cobre sentido el extracto social, sexo, raza o credo, lo importante es lo que se genera por la inercia que se vive ahí, solo hay que voltear y recordar la pandemia que se presentó en nuestro país y el mundo en el año 2020.
En ese momento literalmente las escuelas se quedaron mudas, sin esa energía de vida que fluye en sus aulas y tuvieron que emigrar a la enseñanza virtual, donde todos nuestros niños, niñas, jóvenes y señoritas dejaron de compartir y vivir ese extraordinario momento de vida, donde, dicho sea de paso, aprendemos de todo tipo de cosas buenas, donde conoces y convives con amigos y amigas que ni te imaginaste y que quizás en un futuro se conviertan en tu mejor amigo o amiga, de la Maestra o Maestro que se transforma en tu motivación y la voz que te persigue hacia el logro de tus objetivos… qué difícil fue, hoy derivado de esa etapa en la humanidad nos enfrentamos a nuevos perfiles de estudiantes, nuevas formas de comportamiento, de pensamiento, del que hacer y el ser, donde las tecnologías de la información se vuelven la mejor compañía para aprender y convivir por la mayoría de los jóvenes.
Derivado de lo anterior, tendríamos que reflexionar si realmente los estudiantes que concluyen sus estudios de cualquier nivel de educación, ingresan con el perfil deseado para continuar con sus estudios?, o al aspecto laboral, preguntarnos si realmente los jóvenes alcanzan las competencias requeridas que deseamos adoptar y desarrollar, con la finalidad de obtener la formación Humanista basada en competencias, con conocimientos, habilidades, tecnologías e innovación, que permitan al alumno ser capaz de diseñar e implementar actividades con un alto grado de responsabilidad, servicio y ética profesional, vinculados permanentemente con las necesidades sociales, económicas, científicas, tecnológicas, laborales y educativas en el ámbito estatal, regional y nacional.
¿Y si no es así?, ¿acaso las instituciones tendrían que analizar y modificar dentro de sus planes y programas de estudio el perfil de ingreso y el perfil de egreso, a fin de lograr que el estudiante obtenga todas las competencias necesarias para cumplir con las necesidades que presenta cualquier sector y poder visualizar una mejor calidad en nuestro país?
Sin duda éste es un tema en el que se requiere de un análisis importante para todos, ya que, si realmente queremos una sociedad diferente donde el común denominador tendrá que ser la Educación y la calidad, sobresale la importancia de reflexionar y participar todos, padres de familia, instituciones educativas y, por supuesto, nuestros gobernantes para construir a los jóvenes o estudiantes que realmente requiere nuestro querido México.
¿Usted que piensa amigo lector?
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