Por: José Manuel Gómez
Cuando pensamos en polos de desarrollo en nuestro país, lo primero que se nos viene a la mente son ciudades como la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, etcétera. Pero para quienes vivimos en Hidalgo es natural que nos preguntemos ¿qué hay de nuestras ciudades?, ¿qué hay de Pachuca? A pesar de que contamos con el potencial para convertirnos en un referente económico y social, a veces pareciera que nuestro estado se queda estancado y sólo mira lo que otras ciudades consiguen con el paso del tiempo.
En este sentido, para entender el contexto del presente artículo, debemos de definir dos conceptos claves en el artículo de hoy: “polo de desarrollo” y “emergente”. Un polo de desarrollo es una zona geográfica limitada en la que se busca fomentar el impulso industrial para el beneficio de la población. Ahora bien, cuando hablamos de un polo emergente, nos referimos a un pueblo, zona o país con potencial de crecimiento económico alto y de una tasa alta de industrialización en comparación a otros países en desarrollo.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), países como Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica o México, son consideradas economías emergentes por su apuesta al desarrollo económico e industrial de los últimos. En este sentido, por su ubicación y conectividad, Hidalgo presenta características clave que de explotarse correctamente, le permitirían abonar a la inercia económica industrial de la zona centro del valle de México.
Por mencionar solo algunos de ellos, recordemos que Hidalgo cuenta con una posición geográfica privilegiada cerca de tres de las ciudades más importantes del país, la Ciudad de México, Querétaro y Puebla. Asimismo, Hidalgo posee una gran variedad de recursos naturales que pueden ser aprovechados, nuestro pasado minero es prueba de ello; el potencial histórico, cultural, en conjunto con nuestras áreas naturales protegidas esperan ser aprovechadas para detonar el ecoturismo en la región.
Otro aspecto contundente que demuestra las áreas en las que podemos incursionar, se refleja en el comercio exterior: según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Hidalgo es uno de los estados con menos exportaciones. Para esto es importante dotar de información y acompañamiento a los diferentes sectores industriales y de comercio local que le permitan a las mipymes hidalguenses explorar nuevos mercados fuera del territorio nacional.
Estos son solo algunos de los muchos nichos escondidos que esperan a convertirse en imponentes gigantes de una nueva economía en Hidalgo y que nos permitan aspirar a niveles de desarrollo como los que se tienen en Ciudad de México o Monterrey. Estamos conscientes que no es un camino fácil, pero tenemos lo necesario para conseguirlo.
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