Por: Dr. Fernando Soto/Mtra. Consuelo Goytortúa
El siglo XXI marca un tiempo de cambios y en la economía no hay excepción, éstos impulsan fenómenos que se vuelven una tendencia mundial; el ejemplo latente es la relocalización o Nearshoring, un término del que se habla de manera cotidiana, cuyos antecedentes son efecto de una guerra de aranceles contra China entre 2016-2020 por Donald Trump y consecuencia de la pandemia del Coronavirus 19 que provocó una interrupción en la cadena de suministros a nivel mundial.
Ante esa incertidumbre las empresas iniciaron opciones para buscar nuevos territorios y mover su producción en alguna parte del mundo.
Nearshoring significa acercar la producción al territorio de consumo en el caso mexicano al mercado más grande del mundo a nuestro vecino del norte. Se basa en una estrategia de logística, donde las empresas buscan mover parte de la producción del país de origen a uno más cercano, para reducir costos de operación: el salario de los trabajadores, la electricidad, combustibles, insumos y hasta los impuestos.
Ante ello México tiene las condiciones ideales para un modelo industrial que promete cambiar el rumbo de la economía porque genera empleos, inversión extranjera, infraestructura y desarrollo y está más cerca del que aún es el mercado más grande del mundo: Estados Unidos, del que además es socio en el del Tratado entre México y Canadá T- MEC.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) México está posibilidades de atraer inversiones de 35 mil millones de dólares por la relocalización como producto de empresas como BMW, que traerá dos mil millones de dólares en San Luis Potosí una planta de autos electicos o TESLA en Monterrey, líder en autos eléctricos y refacciones con 5 mil millones de dólares.
Qué ventajas tenemos: México cuenta con infraestructura carretera, aeropuertos y puertos marítimos donde las cadenas de producción y logística que permiten bajos costos de distribución, en todo el centro y norte del país existen empresas trasnacionales y multinacionales americanas en sectores industriales eléctrico, electrónico y electromecánico; también los husos horarios favorecen las transacciones comerciales, financieras entre empresas de ambos países esto favorece la innovación tecnológica con los equipos, maquinaria, herramientas, y renovará la planta productiva mejorando la competitividad
El desafío será como compensar las inversiones de China en México, su expansión política, industrial y comercial, que intentará aprovechar una geografía atractiva para la producción de mercancía destinada al sector estadounidense para abaratar las exportaciones. Cuál será el rol del gobierno actual, tendrá que elaborar políticas públicas que permitan crear las condiciones para que las empresas extranjeras puedan accesar a esquemas de interconexión, innovar en los procesos de gobierno electrónico. Si bien la inversión y las empresas están llegando a México por el Nearshoring Entre las asignaturas pendientes se encuentra otorgar certeza y certidumbre, este principio de confianza particularmente de que las reglas del juego no van a cambiar de un momento a otro.
¡El Nearshoring es una Innovación en la forma de venir a invertir!