Por: Alfonso Padilla Vivanco

El primer instrumento de cálculo usado por el hombre lo constituyeron sus propios dedos. La computación digital empezó con el simple contar con estos, pero se ex- tendió para poder incluir otras operaciones aritméticas que eran requeridas en el comercio. Durante la Edad Media en Europa, los calculadores medievales no aprendían los resultados más allá del 5 X 10. Sin embargo, desde la época del Imperio Romano, en muchas culturas del mundo antiguo se hacían cálculos usando algún tipo de ábaco. El propósito del ábaco era simplificar las operaciones para no tener que usar sino muy poca aritmética en los cálculos ordinarios. En oriente, los chinos ya usaban rodillos de bambú para contar, aproximadamente hacía el año 500 a.C., también desarrollaron la forma moderna del ábaco en el siglo XII d.C. En Japón ya se usaba el ábaco en el siglo XVI, este ábaco japonés es llamado: soroban y fue muy usado durante la época Samurai.

El ábaco japonés consiste de un rectángulo o cuadro de madera, que contiene un conjunto de varillas verticales, así como una transversal u horizontal. Esta última atraviesa todo el cuadro. En las verticales se deslizan cuentas de madera, dependiendo la posición de la varilla, empezando por la derecha, será el valor que tomen las cuentas. El ábaco japonés basa su funcionamiento en la posición de las cuentas. Típicamente, la primera varilla de la derecha representa las unidades, la segunda las decenas, la tercera las centenas, la cuarta los millares, y así sucesivamente, hasta terminar en el extremo derecho del ábaco. Las cuentas que se encuentran en la parte superior del ábaco, por arriba de la varilla transversal tienen un valor de 5 y las cuentas que se encuentran por debajo de ésta tienen un valor de 1. En occidente las varillas han sido etiquetadas para poder ubicar la posición de cada varilla vertical. Por ejemplo: A para la varilla vertical de las unidades, B para la varilla de las decenas, C para las centenas, D para millares, etcétera. Siempre moviéndose de derecha a izquierda. El soroban, generalmente, con trece varillas verticales es suficiente para operaciones comunes de suma y resta, pero puede quedarse pequeño para multiplicaciones y divisiones con números grandes. Un aspecto importante a mencionar para el funcionamiento de un Soroban, es que este instrumento contiene el mismo número de cuentas en cada varilla vertical: cuatro por debajo de la varilla horizontal y una por arriba de ésta. En total cada varilla vertical contiene cinco cuentas. El Soroban puede contener 13, 17 o 23 varillas verticales, dependiendo el grado de complejidad de las operaciones que se requieran.

En otro orden de ideas, la escritura japonesa se compone de diversos signos fonéticos, cada uno con su función específica. Estos signos se clasifican en: Kanji y Kana. Los primeros son caracteres picto-ideográficos de origen chino y los segundos están compuestos de dos silabarios creados en Japón, llamados hiragana y katakana. Actualmente, los kanas tienen cuarenta y seis signos fonéticos en cada silabario. Las palabras de origen japonés se escriben usando el silabario katakana. Los números por ejemplo del 1 al 10, se escriben de la siguiente forma: 1 (いち) ichi; 2 (に) ni, 3 (さん) san, doble forma para el cuatro, 4(し/よん) shi/yon; 5(ご) go; 6(ろく) roku; doble forma para el siete, 7(しち/なな) shichi/nana; 8(はち) hachi; también doble para el nueve, 9(く/きゅう) ku/kyuu; 10(じゅう) juu. Cada signo fonético es una silaba, excepto las vocales que se escriben en orden diferente al español: a, i, u, e, o, (あ, い, う, え, お) y la letra n (ん). En el contexto del ábaco japonés o soroban (そろばん), los números del 1 al 4 se representan usando la primera varilla vertical, por debajo de la varilla horizontal. El número 5 se representa con una sola cuenta, por arriba de la varilla horizontal. A partir del 6 y hasta el 9, se van sumando las cuentas a la cuenta que representa al 5. El número 10, queda representado en la segunda varilla o de las decenas, y es justo la primera cuenta al ser pegada hacia la varilla horizontal. Ninguna otra cuenta debe quedar pegada a esta varilla transversal.

Para lograr sumar, restar, multiplicar y dividir usando un ábaco japonés, se requiere además de concentración e interés, usar unas tablas a manera de formularios, que con la práctica se logran dominar. Una frase que se hizo común, antes de empezar a usar el soroban es la siguiente: Negaimashitewa (ねがいましては). Una traducción aproximada es: deseo. Hoy día el soroban es parte importante en la formación matemática de los niños en Japón. Debido a la era digital y el uso excesivo de los dispositivos móviles, el empleo del ábaco es necesario para recuperar la capacidad de memoria y razonamiento, particularmente en los pequeños.

Apreciable lector, te sugiero veas estos videos sobre las ventajas que tiene aprender a usar, el ábaco japonés o Soroban:

Universidad Politécnica de Tulancingo
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