El término vocación proviene del latín vocaré, equivalente a llamado a la acción y es definido como la inclinación a un estado, una profesión o una carrera; así lo define el Diccionario de la Real Academia Española. Este vocablo tiene por sinónimo las siguientes palabras: afición, aptitud, gusto, inclinación, preferencial; proclividad y tendencia hacia un tema, actividad o profesión. Se distingue por la realización personal con el reconocimiento de la sociedad.
En el transcurso de los años ha habido mujeres y hombres con vocación hacia cultivo a las letras, así lo es el argentino, Cesar Tomás Aíra González, con estudios en Derecho, además, en Letras y es traductor. Dicho letrado tiene una producción de respetable cantidad de obras escritas, entre ellas: novelas cortas, relatos, obras de teatro. Algunos de ellos editados en Francia Inglaterra, Brasil y México. En alguna entrevista contesto sobre la vocación, “… sí me gustaría ser un ejemplo de vocación, de compromiso con la literatura, y el empeño en busca de la libertad.”
La libertad es un preciado valor de expresión, de relacionarse para mantenerse en la sociedad. Tener libertad, es ser libre de pensamiento, de escribir, de transitar, de asociación; de superación y libertad de expresión en los siguientes campos: Literatura, Música, Pintura, Escultura; Cine y Danza.
Libertad de expresión es lo que ejerció el ilustre escritor José Agustín Ramírez Gómez, sus palabras y estilo las volcó en sus obras literarias, entre ellas: La Tumba, de perfil, Se está haciendo tarde, Ciudades desiertas, Cerca del fuego, La panza del Tepoztco, Dos horas de sol. La contracultura en México. Entre otros. Libros de relatos, crónicas como lo es, Tragicomedia mexicana y ensayos. El prolífico escritor plasmó su pensamiento en más de tres decenas de títulos.
En su obra impresa, La contracultura en México describe las acciones de los movimientos sociales protagonizados por jóvenes que inician en la década de los años cuarentenas, hasta a mediados de los ochentas. Destacando los actos de rebeldía de las juventudes adheridos en diferentes bandas, entre ellos: Rebeldes sin causa, pachucos, jipis, jipitecos; punks y cholos. Entre otros.
En dicha obra: La contracultura en México, publicado en 1996, nos comparte el origen de los pachucos, en sus palabras: “El mito del origen señala que en un principio existió un muchacho bien bravo, apodado el pachuco, porque había nacido en Pachuca. Este chavo pronto y sin demasiado esfuerzo lideró una pandilla de rufianes que hizo mucho ruido por revoltosos y temeraria, pero también por los lucidores trajes con que iban a las fiestas.” Agrega: “El pachuco murió asesinado en la cárcel con un cuchillo”. Este suceso fue en Estados Unidos, cuna de este movimiento juvenil.
La rebeldía en los jóvenes, aun en adultos se deben al surgimiento de pensamientos nuevos, tienen sus orígenes de su actuación en la vida social, surgen por razones económicas, culturales y sociales. Se manifiestan porque son segregados por otras clases sociales, por su indumentaria, su lenguaje, su música y sus gustos literarios. José Agustín también se identificó con ellos, siendo joven, a decir de Vicente Leñero sobre José Agustín: “un chavo desmadroso, un muchacho latoso, desinhibido, incontrolable”. Mas ese dinamismo la canalizó para escribir, borronear guiones para cine, redactar obras de teatro, también para difundir la música Rock and rol.
Su vocación a la escritura la reforzó con la dirección de Juan José Arreola, siendo parte del grupo literario “literatura de la onda,” creando nuevos estilos del lenguaje, con nuevos temas para describir con palabras el modo de manifestar la inconformidad de los jóvenes ante el sistema económico que les tocó vivir y por las guerras que escenificaban en algunos países de Europa.
La afición a las letras en José Agustín, fue alimentado con los conocimientos, también con la experiencia del novelista José Maximiliano Revueltas Sánchez, más conocido por José Revueltas, quien fue gran escritor, luchador social, preso político por su injerencia en el movimiento estudiantil de 1968, ya mucho más antes había sido castigado con reclusión por Izar una bandera roja en el Zócalo de la Ciudad del Distrito Federal. Por su activismo político fue recluido varias veces en las mazmorras de la tristemente célebre cárcel de Lecumberri. José Agustín, también fue huésped de ese reclusorio en 1970, acusado por portación de mariguana. El lugar además de ser de castigo, también fue fuente de inspiración para ser redactado: Se está haciendo tarde (final en la laguna). En tanto que José revueltas escribió El Apando, que años después José Agustín escribió el guion para la película.
No importa el espacio para obtener conocimientos, soltar la inspiración se dan en todas partes, se aprovechan y se adecuan las condiciones, se mantiene ese amor a las letras, cuando se tiene muy arraigado la vocación. En palabras del insigne literato José Agustín: “La cárcel representa una de las peores derrotas que puedan ocurrir, pero precisamente por eso, por su radicalidad, se puede trasmutar en un gran éxito.” Por el cúmulo de conocimientos que compartía a sus oyentes en conferencias, cursos impartidos, propuestas externadas para servidores públicos, ideas vertidas para algunos periódicos; revistas y entender a la juventud de su tiempo. Por todo ello, es reconocido por exitoso literato.