Por: Dr. Pastor Badillo Flores

“La tragedia de los comunes ha llegado a simbolizar la degradación del ambiente que puede esperarse siempre que muchos individuos utilizan al mismo tiempo recurso escaso” (Garrett Hardin)

Transcurrían los 60, para ser específico año de 1968 en el cual Hardin publicaba un artículo provocador en la revista Science denominado “The Tragedy of the Commons”. En su investigación advertía de la ruina de la humanidad al vivir en una sociedad que se cree en libertad del uso de los bienes comunes. Sin embargo, parece que no fue el primero ni será el último en plantear esta idea, esto nos hace recordar a Hobbes y su “Homo omini lupus”. El hombre parece estar destinado a fraguar su propia ruina. Sin embargo, no ha sido mínimo el esfuerzo realizado en buscar alternativas de solución, nos encontramos con aquellos con un optimismo casi palpable que confían en la cooperación y otros más escépticos que incluso podríamos llamarlos fatalistas como Ophuls (1973) que recurre a la necesidad trágica del Leviatán, es decir, el uso de una fuerza coercitiva. El panorama actual es todavía más crítico de lo que era en esos momentos, el análisis de la tragedia de los comunes le llevó a Elinor Ostrom a ganar en 2009 el premio nobel de economía. Esto sin duda nos dice que el mundo está atento a la problemática y refleja la necesidad de acciones urgentes para revertir la situación.

La problemática del agua se acopla perfectamente a lo descrito por la tragedia de los comunes y lo realmente preocupante es que en todos los planos esta crisis hídrica nos ha alcanzado. Con respecto al estado de Hidalgo, este no es la excepción. Podríamos mencionar escasez de agua, su uso desmedido por la industria, contaminación, sequía y su contraparte inundaciones, o casos puntuales como el de la laguna de Metztitlán. Sin embargo, nos avocaremos a lo acontecido en torno al río Tula.

Este río se origina por la afluencia del río Tepeji y los sistemas de drenaje procedentes de la Ciudad de México que aportan agua residual al Valle del Mezquital en Hidalgo. La descarga de aguas ha permitido el desarrollo de esta región y su prolífica actividad agrícola; convirtiéndose en uno de los principales proveedores de la capital del país y su zona metropolitana. No obstante, la contaminación en esta región es alarmante. Tal es el caso de las descargas de aguas residuales provenientes de la Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, de la refinería Miguel Hidalgo, así como de las industrias asentadas. Se han generado numerosos problemas ambientales, lo que ha llevado a considerar la región como una de las más contaminadas del mundo.

El río Tula es represado por cuatro obras hidráulicas: Requena, Endhó, Javier Rojo Gómez y Vicente Aguirre. Sin embargo, dos casos podemos señalar como de interés. En primera parte, el de la presa Endhó, siendo uno de los lugares más contaminados del país, en la que anteriormente se tenía como actividad la pesca, la cual ha desparecido por las condiciones tan deplorables (García, 2019).

En segundo lugar, el caso de la presa Requena, ubicada en el municipio de Tepeji del Río, alimentada por desechos industriales, agrícolas y urbanos locales que puede depurar por sí misma por biodegradación y filtración del suelo. Por lo tanto, sus efluentes pueden ser utilizados de manera segura para la actividad agrícola, ganadera y piscícola. Sin embargo, recientemente la gestión de la presa permitió la apertura de sus compuertas para abastecer con agua a los cultivos de la región del Mezquital amenazados por la sequía en 2023. De esta manera, la presa registró su mínimo volumen histórico del 0.5 % de su capacidad el 27 de junio del 2023, dejando toneladas de peces muertos y pérdidas por hasta 80 millones de pesos a los pescadores y comunidades ribereñas que perdieron su sustento diario (La Silla Rota Hidalgo, 2023; La Jornada, 2023; Vanguardia, 2023).

Otro caso asociado al río Tula aconteció el 6 de septiembre del 2021 suscitándose esta vez por una inundación, esto generó la afectación a 31 mil viviendas y el fallecimiento de 15 personas. No obstante, lo que ocasionó que el río Tula se desbordara fue el afluente adicional proveniente del Valle de México, es decir, fue el resultado de la gestión de las aguas lo que derivó en la decisión de inundar esta región de Hidalgo (The Washington Post, 2023).

Como se puede observar, tratar de aminorar los efectos de la problemática del agua es uno de los principales retos que tenemos hoy en día. Debo hacer énfasis en que todo esfuerzo que sume para la mejora de la situación es bienvenido. Por ello desde El Colegio del Estado de Hidalgo (CEH) se está haciendo un esfuerzo por crear próximamente la Red Mexicana de Investigadores para el Agua (REMIA), la cual tiene como objetivo aportar a la investigación en estudios científicos sobre el agua con el propósito de nutrir y contribuir a la divulgación científica de la investigación hídrica del país. De tal manera, se hace una atenta invitación al gobierno del estado de Hidalgo, instituciones académicas, investigadores, sociedad civil y a todos los interesados a sumarse a esta iniciativa, la cual busca detonar la participación conjunta para conseguir un fructífero cambio.

“No existe una mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso de la cooperación”
(Stuart Mill)

*Dr. Pastor Badillo Flores
Investigador posdoctoral en El Colegio del Estado de Hidalgo*
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